Página 93 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Dos héroes de la edad media
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I). Lejos estaba aún el tiempo de Lutero; pero ya empezaba a darse
a conocer un hombre cuyo testimonio contra Roma conmovería a
las naciones.
Juan Hus era de humilde cuna y había perdido a su padre en
temprana edad. Su piadosa madre, considerando la educación y el
temor de Dios como la más valiosa hacienda, procuró asegurársela a
su hijo. Hus estudió en la escuela de la provincia y pasó después a la
universidad de Praga donde fue admitido por caridad. En su viaje a
la ciudad de Praga fue acompañado por su madre, que, siendo viuda
y pobre, no pudo dotar a su hijo con bienes materiales, pero cuando
llegaron a las inmediaciones de la gran ciudad se arrodilló al lado
de su hijo y pidió para él la bendición de su Padre celestial. Muy
poco se figuraba aquella madre de qué modo iba a ser atendida su
plegaria.
En la universidad se distinguió Hus por su aplicación, su cons-
tancia en el estudio y sus rápidos progresos, al par que su conducta
intachable y sus afables y simpáticos modales le granjearon general
estimación. Era un sincero creyente de la iglesia romana y deseaba
ardientemente recibir las bendiciones espirituales que aquella profe-
sa conceder. Con motivo de un jubileo, fue él a confesarse, dio a la
iglesia las pocas monedas que llevaba y se unió a las procesiones pa-
ra poder participar de la absolución prometida. Terminado su curso
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de estudios, ingresó en el sacerdocio, y como lograra en poco tiempo
darse a conocer, no tardó en ser elegido para prestar sus servicios en
la corte del rey. Fue también nombrado catedrático y posteriormente
rector de la universidad donde recibiera su educación. En pocos años
el humilde estudiante que fuera admitido por caridad en las aulas
llegó a ser el orgullo de su país y a adquirir fama en toda Europa.
Mas otro fue el campo en donde Hus principió a trabajar en busca
de reformas. Algunos años después de haber recibido las órdenes
sacerdotales, fue elegido predicador de la capilla llamada de Belén.
El fundador de esta había abogado, por considerarlo asunto de gran
importancia, en favor de la predicación de las Santas Escrituras en el
idioma del pueblo. No obstante la oposición de Roma, esta práctica
no había desaparecido del todo de Bohemia. Sin embargo, era mucha
la ignorancia respecto a la Biblia, y los peores vicios reinaban en
todas las clases de la sociedad. Hus denunció sin reparo estos males