Página 291 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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América, tierra de libertad
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celebrarse sin licencia asambleas religiosas de otra naturaleza, so
pena de prisión, destierro o muerte.
A principios del siglo XVII el monarca que acababa de subir al
trono de Inglaterra declaró que estaba resuelto a hacer que los puri-
tanos “se conformaran, o de lo contrario ... que fueran expulsados
del país, o tratados todavía peor.”—Jorge Bancroft,
History of the
United States of America,
parte 1, cap. 12. Acechados, perseguidos,
apresados, no esperaban mejores días para lo por venir y muchos
se convencieron de que para los que deseaban servir a Dios según
el dictado de su conciencia, “Inglaterra había dejado de ser lugar
habitable.”—J. G. Palfrey,
History of New England,
cap. 3. Algunos
decidieron refugiarse en Holanda. A fin de lograrlo tuvieron que
sufrir pérdidas, cárceles y mil dificultades. Frustrábanse sus planes
y eran entregados en manos de sus enemigos. Pero al fin triunfó su
firme perseverancia y encontraron refugio en las playas hospitalarias
de la República Holandesa.
En su fuga habían tenido que abandonar sus casas, sus bienes y
sus medios de subsistencia. Eran forasteros en tierra extraña, entre
gente de costumbres y de lengua diferentes de las de ellos. Se vieron
obligados a ocuparse en trabajos desconocidos hasta entonces para
ellos, a fin de ganarse el pan de cada día. Hombres de mediana
edad que se habían ocupado durante toda su vida en labrar la tierra,
se vieron en la necesidad de aprender oficios mecánicos. Pero se
acomodaron animosamente a la situación y no perdieron tiempo en
la ociosidad ni en quejas inútiles. Aunque afectados a menudo por la
pobreza, daban gracias a Dios por las bendiciones que les concedía
y se regocijaban de poder tener comunión espiritual sin que se les
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molestara. “Comprendían que eran peregrinos y no se preocupaban
mucho por aquellas cosas; sino que levantaban la vista al cielo, su
anhelada patria, y serenaban su espíritu.”—Bancroft, parte 1, cap.
12.
Aunque vivían en el destierro y en medio de contratiempos,
crecían su amor y su fe; confiaban en las promesas del Señor, el
cual no los olvidó en el tiempo de la prueba. Sus ángeles estaban
a su lado para animarlos y sostenerlos. Y cuando les pareció ver
la mano de Dios señalándoles hacia más allá del mar una tierra
en donde podrían fundar un estado, y dejar a sus hijos el precioso