Página 437 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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Los Estados Unidos en la profecía
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iglesias estarían elevando una imagen a la bestia; de aquí que la
imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos
equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen.
Pero los cristianos de las generaciones pasadas observaron el
domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico; y ahora hay
verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica
romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo
divinamente instituído. Dios acepta su sinceridad de propósito y su
integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta
por la ley, y que el mundo sea ilustrado respecto a la obligación
del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el
mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor
autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de
Dios: rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución
establecida por Roma: adorará la bestia y su imagen. Cuando los
hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el
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signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió
como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo
de la sumisión a Roma, “la marca de la bestia.” Y sólo cuando la
cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos
hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y
los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren
en la transgresión recibirán “la marca de la bestia.”
La más terrible amenaza que haya sido jamás dirigida a los
mortales se encuentra contenida en el mensaje del tercer ángel. Debe
ser un pecado horrendo el que atrae la ira de Dios sin mezcla de
misericordia. Los hombres no deben ser dejados en la ignorancia
tocante a esta importante cuestión; la amonestación contra este
pecado debe ser dada al mundo antes que los juicios de Dios caigan
sobre él, para que todos sepan por qué deben consumarse, y para
que tengan oportunidad para librarse de ellos. La profecía declara
que el primer ángel hará su proclamación “a cada nación, y tribu, y
lengua, y pueblo.” El aviso del tercer ángel, que forma parte de ese
triple mensaje, no tendrá menos alcance. La profecía dice de él que
será proclamado en alta voz por un ángel que vuele por medio del
cielo; y llamará la atención del mundo.
Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos
grandes categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios