Página 474 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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El Conflicto de los Siglos
Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la
expiación. Incalculables son los intereses que ésta envuelve. El
juicio se lleva ahora adelante en el santuario celestial. Esta obra
se viene realizando desde hace muchos años. Pronto—nadie sabe
cuándo—les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia
de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista. En éste más que
en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste atención a
la amonestación del Señor: “Velad y orad: porque no sabéis cuándo
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será el tiempo.” “Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no
sabrás en qué hora vendré a ti.”
Marcos 13:33
;
Apocalipsis 3:3
.
Cuando quede concluída la obra del juicio investigador, quedará
también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El
tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en
las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el
Apocalipsis: “¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio,
sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea
aún santo! He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo,
para dar la recompensa a cada uno según sea su obra.”
Apocalipsis
22:11, 12 (VM)
.
Los justos y los impíos continuarán viviendo en la tierra en
su estado mortal,—los hombres seguirán plantando y edificando,
comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos de que la decisión
final e irrevocable ha sido pronunciada en el santuario celestial.
Antes del diluvio, después que Noé hubo entrado en el arca, Dios le
encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete
días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida, continuó
en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias
del juicio que le amenazaba. “Así—dice el Salvador—será también
la venida del Hijo del hombre.”
Mateo 24:39
. Inadvertida como
ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de
cada uno, cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la
gracia que se dirigiera a los culpables.
“¡Velad pues; ... no sea que viniendo de repente, os halle dormi-
dos!”
Marcos 13:35, 36 (VM)
. Peligroso es el estado de aquellos que
cansados de velar, se vuelven a los atractivos del mundo. Mientras
que el hombre de negocios está absorto en el afán de lucro, mientras
el amigo de los placeres corre tras ellos, mientras la esclava de la
moda está ataviándose,—puede llegar el momento en que el Juez de