¿Quiénes son los ángeles?
491
semejanza de relámpagos” (
Ezequiel 1:14
), tan deslumbradora es
su gloria y tan veloz su vuelo. El ángel que apareció en la tumba
del Señor, y cuyo “aspecto era como un relámpago, y su vestido
blanco como la nieve,” hizo que los guardias temblaran de miedo y
quedaran “como muertos.”
Mateo 28:3, 4
. Cuando Senaquerib, el
insolente monarca asirio, blasfemó e insultó a Dios y amenazó des-
truir a Israel, “aconteció que en aquella misma noche salió un ángel
de Jehová, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y
cinco mil hombres.” El ángel “destruyó a todos los hombres fuertes
y valerosos, con los príncipes y los capitanes” del ejército de Sena-
querib, quien “volvió con rostro avergonzado a su propia tierra.”
2
Reyes 19:35
;
2 Crónicas 32:21 (VM)
.
Los ángeles son enviados a los hijos de Dios con misiones de
misericordia. Visitaron a Abrahán con promesas de bendición; al
justo Lot, para rescatarle de las llamas de Sodoma; a Elías, cuando
estaba por morir de cansancio y hambre en el desierto; a Eliseo, con
carros y caballos de fuego que circundaban la pequeña ciudad donde
estaba encerrado por sus enemigos; a Daniel, cuando imploraba la
sabiduría divina en la corte de un rey pagano, o en momentos en que
iba a ser presa de los leones; a San Pedro, condenado a muerte en
la cárcel de Herodes; a los presos de Filipos; a San Pablo y a sus
compañeros, en la noche tempestuosa en el mar; a Cornelio, para
hacerle comprender el Evangelio; a San Pedro, para mandarlo con
el mensaje de salvación al extranjero gentil. Así fué como, en todas
las edades, los santos ángeles ejercieron su ministerio en beneficio
del pueblo de Dios.
Cada discípulo de Cristo tiene su ángel guardián respectivo. Es-
[567]
tos centinelas celestiales protegen a los justos del poder del maligno.
Así lo reconoció el mismo Satanás cuando dijo: “ ¿Teme Job a Dios
de balde? ¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo lo que
tiene en derredor?”
Job 1:9, 10
. El medio de que Dios se vale para
proteger a su pueblo está indicado en las palabras del salmista: “El
ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los de-
fiende.”
Salmos 34:7
. Hablando de los que creen en él, el Salvador
dijo: “Mirad no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque
os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre.”
Mateo 18:10
. Los ángeles encargados de atender a los hijos de Dios
tienen a toda hora acceso cerca de él.