El mensaje final de Dios
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Dios tiene aún un pueblo en Babilonia; y antes de que los juicios
del cielo la visiten, estos fieles deben ser llamados para que salgan
de la ciudad y que no tengan parte en sus pecados ni en sus plagas.
De ahí que este movimiento esté simbolizado por el ángel que baja
del cielo, aIumbrando la tierra y denunciando con voz potente los
pecados de Babilonia. Al mismo tiempo que este mensaje, se oye
el llamamiento: “Salid de ella, pueblo mío.” Estas declaraciones,
unidas al mensaje del tercer ángel, constituyen la amonestación final
que debe ser dada a los habitantes de la tierra.
Terrible será la crisis a que llegará el mundo. Unidos los poderes
de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decre-
tarán que todos los hombres, “pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y siervos” (
Apocalipsis 13:16
), se conformen a las costumbres
de la iglesia y observen el falso día de reposo. Todos los que se
nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y final-
mente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley
de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y
amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos.
Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios
para obedecer una ordenanza humana, recibe la marca de la bestia;
acepta el signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en
lugar de obedecer a Dios. La amonestación del cielo dice así: “¡Si
alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente,
o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que está
preparado sin mezcla alguna en el cáliz de su ira!”
Apocalipsis 14:9,
10 (VM)
.
Pero nadie sufrirá la ira de Dios antes que la verdad haya sido
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presentada a su espíritu y a su conciencia, y que la haya rechazado.
Hay muchas personas que no han tenido jamás oportunidad de oír
las verdades especiales para nuestros tiempos. La obligación de
observar el cuarto mandamiento no les ha sido jamás presentada
bajo su verdadera luz. Aquel que lee en todos los corazones y prueba
todos los móviles no dejará que nadie que desee conocer la verdad
sea engañado en cuanto al resultado final de la controversia. El
decreto no será impuesto estando el pueblo a ciegas. Cada cual
tendrá la luz necesaria para tomar una resolución consciente.
El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el
punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque