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Consejos Sobre la Salud
y el ejercicio al aire libre practicado en ese ambiente, son elementos
que prodigan salud: son el elixir de la vida. La única medicina
que necesitan muchos inválidos es la vida al aire libre. Ejerce una
influencia poderosa en la sanidad de las enfermedades causadas por
la vida cómoda, esa clase de vida que debilita y destruye las fuerzas
físicas, mentales y espirituales.
¡Cuán preciosas resultan la quietud y la libertad del campo para
los inválidos débiles acostumbrados a la vida de la ciudad, al brillo de
muchas luces y al ruido de las calles! ¡Con cuánto gusto admiran las
escenas de la naturaleza! ¡Cuán contentos se sentirían de poder gozar
de las conveniencias de un sanatorio en el campo, donde pudieran
sentarse al aire libre, gozar del sol, y respirar la fragancia de los
árboles y las flores! Existen propiedades salutíferas en el bálsamo
de los pinos y en la fragancia de los cedros y los abetos. Y hay otros
árboles que contribuyen a la buena salud. No se corten esos árboles
irresponsablemente. Cuídense en donde crecen en abundancia, y
plántense más donde hay sólo algunos.
Nada tiende más a restaurar la salud y la felicidad del inválido
crónico como vivir en un atractivo ambiente campestre. Allí, has-
ta los casos desahuciados se pueden sentar o recostar al sol o a la
sombra de los árboles. Con sólo levantar la vista pueden observar la
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hermosura del follaje. Al hacerlo, se sorprenden de que nunca antes
se hayan percatado de la gracia con que se doblan las ramas para
formar una sombrilla viviente sobre ellos, prodigándoles exactamen-
te la sombra que necesitan. Mientras escuchan el murmullo de la
brisa, experimentan una dulce sensación de descanso y renovación.
Los espíritus decaídos reviven. Se recobran las fuerzas gastadas. Sin
siquiera notarlo se aquieta la mente agitada y se calma y regulariza el
pulso afiebrado. A medida que el enfermo se fortalece, se aventura a
dar unos pasos para cortar algunas de las hermosas flores silvestres,
esos preciosos mensajeros del amor de Dios para su afligida familia
terrenal.
El ejercicio saludable hará milagros
Anímese a los pacientes a pasar muchas horas al aire libre. Há-
ganse planes para mantenerlos afuera donde puedan tener comunión
con Dios a través de la naturaleza. Sitúense los sanatorios en terre-