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Tabla de Contenidos
Información sobre este libro | 5 |
Prefacio | 8 |
Sección 1—La necesidad del mundo | 27 |
Multitudes en aflicción | 28 |
Una raza degenerada | 33 |
La violación de la ley física | 34 |
Se necesita una obra de reforma | 40 |
El panorama | 41 |
La religión y la salud | 43 |
El amor de Cristo es un poder sanador | 45 |
Cómo curaba Cristo | 46 |
El médico cristiano como misionero | 48 |
Efectos de hábitos equivocados | 52 |
Un mundo no amonestado | 53 |
Sección 2—Elementos esenciales de la salud | 55 |
Conocimiento de los principios básicos | 56 |
La sabiduría de las obras de Dios | 59 |
Se debe gobernar el cuerpo | 60 |
Se debe adoptar una alimentación sencilla | 62 |
Comprados por Dios | 63 |
Cultívese la habilidad | 68 |
Temperantes en todo | 69 |
El mundo no es nuestro criterio | 72 |
El ejercicio físico | 73 |
El aire puro y la luz solar | 76 |
La respiración profunda | 80 |
Supersticiones relacionadas con el aire nocturno | 81 |
Influencia del aire fresco | 82 |
Una higiene escrupulosa | 83 |
La comida sencilla | 86 |
Los hábitos físicos y la salud espiritual | 87 |
Abandonando las carnes | 93 |
Evítese la glotonería | 94 |
Lecciones de la experiencia de Juan el Bautista | 95 |
La benevolencia y la rectitud en la vida de casados | 98 |
Consejos relacionados con la maternidad | 102 |
Rechácese la contaminación del tabaco | 104 |
El uso del tabaco es contrario a la piedad | 106 |
Un veneno engañoso | 108 |
Abstinencia de narcóticos | 109 |
El dominio propio y la oración | 111 |
Los efectos malignos del té y el café | 112 |
Evítese el uso de drogas venenosas | 114 |
Vestir saludablemente | 116 |
El poder de la voluntad | 119 |
Debidamente ocupados | 120 |
El control de la imaginación | 121 |
Moderación en el trabajo | 124 |
Temperancia en el trabajo | 125 |
Orden y limpieza | 127 |
Baños frecuentes | 130 |
Cómo preservar nuestra sensibilidad | 131 |
A un hermano | 133 |
Sección 3—La alimentación y la salud | 135 |
Relación de la alimentación con la salud y la moralidad | 136 |
El desarrollo propio es un deber | 136 |
La tentación del apetito | 137 |
El apetito controla a los antediluvianos | 138 |
Intemperancia después del diluvio | 138 |
La experiencia de Esaú | 138 |
Israel deseó las ollas de Egipto | 139 |
La intemperancia y el crimen | 139 |
Nuestra juventud carece de control propio | 140 |
La responsabilidad de los padres | 141 |
Los peligros de comer carne | 142 |
La preparación correcta de los alimentos es un deber | 143 |
Los malos hábitos en el comer destruyen la salud | 144 |
Comer muy frecuentemente es una causa de dispepsia | 145 |
Peligros que deben evitarse | 146 |
Coma lentamente | 147 |
El poder del apetito | 149 |
La fidelidad en la práctica de la reforma pro salud | 153 |
Participante de la naturaleza divina | 164 |
Resultados de rechazar la luz | 165 |
Fidelidad a las leyes de salud | 166 |
Cocina sana | 167 |
Aprendan a cocinar | 169 |
Un talento esencial | 170 |
Pan perjudicial | 173 |
Hay que cambiar el régimen | 174 |
Una combinación dañina | 175 |
Alimentos desabridos | 177 |
Una dieta empobrecida | 178 |
Extremos en el régimen alimentario | 180 |
El exceso en la alimentación | 184 |
Madres sobrecargadas | 186 |
La glotonería es pecado | 187 |
Evítense las normas falsas | 189 |
Sección 4—La vida al aire libre y la actividad física | 191 |
El ejemplo de Cristo | 192 |
La naturaleza: un libro de lecciones | 194 |
En el campo | 196 |
La fuente de curación | 198 |
El valor de la vida al aire libre | 199 |
Ejercicio, aire y luz solar | 203 |
El plan original | 205 |
Confinamiento en la escuela | 206 |
Métodos sencillos | 209 |
Equilibrio entre el trabajo físico y el mental | 210 |
Los resultados de la inacción física | 214 |
Cultura física | 218 |
La salud y la eficiencia | 222 |
Períodos de relajamiento | 224 |
Luz del sol en el hogar | 226 |
Entretenimientos prohibidos | 227 |
El ejercicio como medida de restauración | 229 |
El ejercicio de caminar | 231 |
Los males de la inactividad | 232 |
Abramos las ventanas del alma | 233 |
Sección 5—Los sanatorios: sus objetivos y propósitos | 235 |
El propósito de Dios para nuestros sanatorios | 236 |
La iglesia ha sido calificada para el servicio | 242 |
Aguas vivas para almas sedientas | 243 |
Los sanatorios y la obra evangélica | 244 |
Se necesitan instituciones en muchos lugares | 246 |
En todo el mundo | 247 |
El sanatorio de Sydney debe impartir educación | 253 |
Ventajas de la agricultura | 256 |
Una advertencia contra la centralización | 257 |
Deber hacia los pobres | 261 |
Nuestros sanatorios del sur de California | 264 |
El sábado en nuestros sanatorios | 267 |
Los grandes sanatorios son innecesarios | 272 |
Los entretenimientos en nuestros sanatorios | 273 |
Ánimo mutuo | 275 |
No hay que presentar con insistencia los conceptos denominacionales a los pacientes | 278 |
Para todas las sectas y las clases | 280 |
Tratamiento médico, vida recta y oración | 281 |
Centros de influencia y enseñanza | 282 |
La elevada vocación de los empleados del sanatorio | 284 |
Sustitutos adecuados | 288 |
Sección 6—Obra institucional de éxito | 289 |
El secreto del éxito | 290 |
Cultura moral e intelectual | 291 |
La reforma pro salud y el sanatorio | 296 |
Resultados del esfuerzo fiel | 297 |
Hay que mantener una norma elevada | 299 |
La ubicación de los sanatorios | 300 |
No entre los ricos | 304 |
No para los que andan en busca del placer | 306 |
Las condiciones en la ciudad | 309 |
Economía en el establecimiento de los sanatorios | 310 |
Ventajas de las construcciones de madera | 315 |
Economía en el funcionamiento | 316 |
Lealtad a nuestras instituciones | 318 |
El sanatorio como campo misionero | 322 |
Adherencia a los principios | 323 |
Para la gloria de Dios | 325 |
El capellán y su obra | 326 |
Manténgase la pureza de la verdad | 327 |
Por el bienestar de los demás | 329 |
La clase de obreros que se necesitan | 330 |
El tacto es indispensable | 332 |
Cómo tratar con el sentimentalismo | 333 |
El poder ennoblecedor de los pensamientos puros | 335 |
La crítica y la censura | 336 |
Resultados de albergar un pecado | 338 |
Contemplando a Jesús | 339 |
Colaboración entre los colegios y los sanatorios | 341 |
Imparcialidad en los sueldos | 342 |
Economía por principio | 344 |
Compensación | 345 |
Salarios exorbitantes | 348 |
Ayudando a los necesitados | 349 |
Los obreros de los sanatorios | 355 |
Reconocimiento del trabajo honrado | 357 |
El ejemplo de Cristo | 358 |
Sencillez y economía | 361 |
Sección 7—El médico cristiano | 363 |
Un llamamiento responsable | 364 |
La obra del médico por las almas | 372 |
La esfera de los médicos principales | 377 |
Preparados para toda buena obra | 380 |
Dando testimonio de la verdad | 383 |
La cura mental | 384 |
Una compasión como la de Cristo | 387 |
Paciencia y simpatía | 390 |
Un mensaje para nuestros médicos | 391 |
Los médicos deben conservar su energía | 394 |
Una obra que perdurará | 395 |
Cada uno en su lugar | 400 |
Peligros y oportunidades | 401 |
Los peligros del éxito | 407 |
La Biblia como consejera | 409 |
Las calificaciones necesarias | 412 |
La oración por los enfermos | 413 |
Sumisión y fe | 417 |
La fe y las obras | 420 |
Gratitud por la salud | 422 |
La influencia del médico | 423 |
La obediencia y la felicidad | 427 |
Sección 8—Las enfermeras y los auxiliares | 429 |
Hay que seguir los métodos de Cristo | 430 |
El trabajo de casa en casa | 434 |
Un llamamiento para los médicos evangelistas | 435 |
Deberes y privilegios de los obreros de los sanatorios | 440 |
La alegría | 447 |
La eficiencia depende del vigor | 449 |
La integridad entre los obreros | 450 |
La constancia | 453 |
Una situación lamentable | 454 |
Olas de influencia | 456 |
La influencia de las compañías | 457 |
En nuestras escuelas | 462 |
La falta de economía | 463 |
Nuestra influencia | 465 |
Se necesita oportunidad para el cultivo del cristianismo | 466 |
Sección 9—La enseñanza de los principios de la salud | 469 |
La iglesia debiera despertar | 470 |
Los obreros evangélicos deben enseñar la reforma pro salud | 476 |
La reforma en la temperancia | 477 |
En los congresos campestres | 478 |
Una buena obra hecha difícil | 480 |
Difusión de los principios de la temperancia | 481 |
Hay que enseñar con sabiduría | 484 |
El ejercicio correcto de la voluntad | 485 |
Hay que firmar el voto de temperancia | 487 |
Pruebas prematuras | 489 |
Hay que dar importancia a la reforma pro salud | 490 |
Hay que apoyar una reforma continua | 492 |
Vivid vuestras convicciones y enseñad la verdad | 495 |
Se necesitan sanatorios en Washington y otros lugares | 496 |
Educar, educar, educar | 497 |
Indiferencia e incredulidad | 501 |
Advertencia contra los médicos espiritistas | 502 |
La ruina ocasionada por Satanás | 508 |
El colportor es un maestro | 510 |
Hay que distribuir las publicaciones | 513 |
La invitación | 515 |
Lecciones objetivas de la reforma pro salud | 516 |
¿Por qué hay que establecer sanatorios? | 518 |
Sección 10—La obra de los alimentos saludables | 521 |
La preparación de alimentos sanos | 522 |
La piedad práctica | 526 |
Eduquemos a la gente | 527 |
La obra de los restaurantes | 533 |
Enseñemos a cocinar a los niños | 538 |
Restaurantes en las ciudades grandes | 539 |
Restaurantes y salas de tratamiento | 541 |
Se deben cerrar en sábado | 542 |
La santidad del sábado | 545 |
Alimentos sanos en todos los países | 546 |
En los estados del sur | 547 |
Como una industria escolar | 549 |
Sección 11—La obra misionera médica | 551 |
El trabajo de los pioneros | 552 |
El evangelismo médico | 558 |
Una ilustración | 563 |
La amplitud de la tarea | 564 |
Hay que limpiar nuevos territorios | 566 |
Cristo nuestro ejemplo | 567 |
Una obra unida | 569 |
Palabras de advertencia a un director médico | 575 |
Rebelión contra la reforma pro salud | 579 |
No ha de ser una obra separada | 580 |
Ejemplo del médico misionero | 582 |
El evangelio en la práctica | 586 |
Con fe y humildad | 590 |
Para conseguir entrada | 591 |
Evangelistas médicos misioneros | 594 |
Métodos y planes | 596 |
Médicos y evangelistas | 599 |
La obra en las ciudades | 604 |
Un medio para vencer el prejuicio | 609 |
Los sanatorios como puestos de avanzada | 610 |
El ministerio y la obra médica | 613 |
Sección 12—Ejemplos para la grey | 615 |
Sección 13—La santidad de vida | 639 |
Luces en medio de las tinieblas | 640 |
Una lección de la caída de Salomón | 641 |
Consejos a los médicos y enfermeros | 643 |
Guías y consejeros de experiencia | 644 |
Los médicos deben ser circunspectos | 644 |
La confianza en Jesús | 644 |
Condiciones productoras de enfermedad | 645 |
El ejemplo de José | 646 |
La conservación de la salud | 646 |
Evitad las manifestaciones exteriores | 647 |
Vivid vidas santas | 648 |
Ejerced una influencia salvadora | 649 |
Sed fuertes en el señor | 650 |
El precio de la salud | 653 |
La sencillez en la manera de vestir | 654 |
Extremos en el vestir | 661 |
Vestidos inmodestos | 663 |
Los padres como reformadores | 664 |
Cuidado con la corrupción moral | 669 |
La única seguridad | 673 |
Siervos del pecado | 674 |
Enceguecidos por el pecado | 681 |
La santidad y la salud | 684 |
Un paso hacia adelante | 687 |
Religión, gozo y satisfacción | 688 |
La necesidad de consagración | 690 |
Abstinencia total | 692 |