Página 477 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La reforma en la temperancia
Es necesario que se produzca una gran reforma en el campo de la
temperancia. El mundo está lleno de toda clase de complacencia de
sí mismo. Debido a la influencia entorpecedora de los estimulantes y
narcóticos, las mentes de muchos son incapaces de discernir entre lo
sagrado y lo profano. Sus facultades mentales han sido debilitadas,
de manera que no pueden discernir las profundas cosas espirituales
de la Palabra de Dios.
El cristiano debe ser temperante en todas las cosas: en la comida,
en la bebida, en la manera de vestir y en todo aspecto de la vida.
“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para
recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible”.
1
Corintios 9:25
. No tenemos derecho de complacernos en nada que
produzca en la mente una condición que impida que el Espíritu de
Dios nos impresione con la comprensión de nuestro deber. Satanás
manifiesta una obra maestra de su habilidad cuando coloca a los
hombres en un lugar donde difícilmente pueden ser alcanzados por
el Evangelio.
¿No debiera producirse entre nosotros como pueblo un reaviva-
miento de la obra de la temperancia? ¿Por qué no estamos realizando
esfuerzos más definidos para oponernos al tráfico del licor, que está
arruinando las almas de los hombres y causando violencia y delitos
de toda clase? Con la gran luz que Dios nos ha confiado, debiéra-
mos encontrarnos al frente de toda reforma genuina. El empleo de
licores estupefacientes está induciendo a los hombres a cometer los
crímenes más horribles. Debido a la maldad que sobreviene como
resultado del uso del licor, los juicios de Dios están cayendo sobre
la tierra en la actualidad. ¿No tenemos la solemne responsabilidad
de realizar los esfuerzos más fervientes para oponernos a este gran
mal?—
The Review and Herald, 29 de agosto de 1907
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