Conocimiento de los principios básicos
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tener un conocimiento práctico de la ciencia de la vida humana. Por
eso, es de primordial importancia que la fisiología ocupe el primer
lugar entre los estudios que se eligen para los niños. ¡Cuán pocas
personas poseen un conocimiento adecuado acerca de las estructuras
y las funciones de sus propios cuerpos y de las leyes naturales que
los gobiernan! Muchos andan a la deriva sin ningún conocimiento,
como un barco en alta mar sin brújula ni ancla; y lo que es peor, ni
siquiera demuestran el menor interés en prevenir las enfermedades
ni en cómo conservar sus cuerpos en una condición saludable.
La abnegación es esencial
La complacencia de los apetitos animales ha degradado y es-
clavizado a muchos. La abnegación y la restricción de los apetitos
animales son necesarias para levantar la condición de los seres huma-
nos y establecer y promover entre ellos una salud mejor y principios
morales más elevados, y quitar así la corrupción de la sociedad. Cada
violación de los principios alimentarios contribuye a embotar las
facultades de percepción, haciendo imposible que la persona culpa-
ble pueda apreciar las cosas eternas o valorarlas correctamente. La
humanidad no debe ignorar las consecuencias de los excesos; esto
es de importancia fundamental. La temperancia en todas las cosas
es indispensable para la promoción de la buena salud y el desarrollo
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y el crecimiento de un buen carácter cristiano.
Los que transgreden las leyes divinas en lo que atañe a su or-
ganismo, tampoco vacilarán en violar la Ley de Dios dada en el
Sinaí. Los que después de haber recibido la luz se nieguen a comer
y beber por principio, en lugar de dejarse controlar por el apetito,
no se preocuparán porque los demás aspectos de su vida sean go-
bernados por principios. La investigación del tema de la reforma en
la alimentación desarrollará el carácter e invariablemente pondrá de
manifiesto a los que eligen hacer “un dios de sus vientres”.
Responsabilidad de los padres
Los padres necesitan despertar e inquirir en el temor de Dios:
¿Qué es verdad? Sobre ellos reposa una tremenda responsabilidad.
Deberían poseer conocimientos prácticos de los principios fisiológi-