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Consejos Sobre la Salud
un esparcimiento del pueblo reunido en ellos, por acción del Señor
Dios del cielo.
La obra de Dios debe llevarse a cabo sin ostentación. Han de
establecerse instituciones, nunca debiéramos competir con las insti-
tuciones del mundo en tamaño o esplendor. No debemos asociarnos
con quienes no aman ni temen a Dios. Los que no tienen la luz de la
verdad presente, que son incapaces de soportar la presencia del que
es invisible, se encuentran rodeados por tinieblas espirituales peores
que la medianoche más oscura. En su interior, todo es monotonía.
No conocen el significado del gozo en el Señor. No tienen interés en
las realidades eternas. Su atención se detiene en las cosas pasajeras
de la tierra. Se introducen apresuradamente en la vanidad y tratan
por medios ilícitos de obtener ventaja. Habiendo olvidado a Dios,
la fuente de las aguas vivas, cavaron para sí mismos cisternas rotas
que no pueden retener agua. Que no sea ésta la experiencia de los
que han probado el poder del mundo que está por venir.
Economía y abnegación
Sembrad las semillas de la verdad dondequiera que tengáis opor-
tunidad. Al establecer la obra en nuevos lugares, economizad en
toda forma posible. Reunid los fragmentos; que nada se pierda...
Estamos aproximándonos al final de la historia terrena, y las
diferentes ramas de la obra de Dios deben llevarse a cabo con mayor
abnegación de la que se ha visto hasta ahora. La obra para estos
últimos días es una obra misionera. La verdad presente, desde la pri-
mera hasta la última letra del alfabeto, significa esfuerzo misionero.
La obra que debe realizarse exige sacrificio en cada paso que se da
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hacia el progreso. Los obreros deben salir de la prueba purificados y
refinados, como oro probado en fuego.