Pruebas prematuras
El Señor desea que nuestros predicadores, médicos y miembros
de la iglesia cuiden de no instar a aquellos que ignoran nuestra fe
a que hagan cambios repentinos en su régimen alimentario, lo cual
los pondría prematuramente a prueba. Sostened los principios de
la reforma pro salud y dejad al Señor conducir a los sinceros de
corazón. Ellos oirán y creerán. Tampoco requiere el Señor que sus
mensajeros presenten las hermosas verdades del sano vivir de una
manera que cree prejuicios. Nadie ponga piedras de tropiezo ante los
pies que andan en las oscuras sendas de la ignorancia. Aun al alabar
una cosa buena no conviene ser demasiado entusiasta, por temor a
apartar del camino a quienes vienen a oír. Presentad los principios
de la temperancia en su forma más atractiva.—
Obreros Evangélicos,
245 (1915)
.
485