Página 268 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
La señal de nuestra orden
La observancia del sábado es la señal entre Dios y su pueblo. No
tengamos vergüenza de portar la señal que nos distingue del mundo.
Mientras meditaba sobre este asunto recientemente en las horas de
la noche, Uno que tenía autoridad nos aconsejó que estudiáramos la
instrucción dada a los Israelitas con relación al sábado. “Con todo
eso vosotros guardaréis mis sábados—había declarado el Señor—;
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que
sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis mis
sábados, porque santo es a vosotros... Seis días se hará obra, mas el
día séptimo es sábado de reposo consagrado a Jehová; cualquiera
que hiciere obra el día del sábado morirá ciertamente. Guardarán,
pues, el sábado los hijos de Israel; celebrándolo por sus edades por
pacto perpetuo: Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”.
Éxodo 31:13-17
.
El sábado ha de ser siempre la señal que distinga a los obedientes
de los desobedientes. Satanás ha trabajado con poderosa maestría
para anular el cuarto mandamiento y conseguir con ello que se pierda
de vista la señal de Dios. El mundo cristiano ha pisoteado el sábado
del Señor y en su lugar observa un día de reposo instituido por el
enemigo. Pero el Señor tiene un pueblo que le es leal. Su trabajo se
ha de llevar a cabo en líneas rectas. La gente que ostenta su señal
debe establecer iglesias e instituciones que sean monumentos para
él. Por humilde que sea su apariencia, estos monumentos testificarán
constantemente en contra del falso día de reposo instituido por
Satanás y en favor del sábado establecido por el Señor en el Edén,
cuando juntas cantaban todas las estrellas del alba y todos los hijos
de Dios lanzaban exclamaciones de regocijo.
Hay peligro de que penetre en nuestros sanatorios un espíritu
de irreverencia y negligencia en la observancia del sábado. A los
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hombres de responsabilidad que hay en la obra misionera médica les
incumbe el deber de dar instrucción a los médicos, a los enfermeros
y auxiliares, con respecto a la santidad del día santo de Dios. Cada
médico debe esforzarse especialmente por dar el buen ejemplo. La
indolencia de sus deberes le induce naturalmente a sentirse justifi-
cado por hacer el sábado muchas cosas que no debiera hacer. En lo