El trabajo de casa en casa
Los que se dedican al trabajo de casa en casa encontrarán oportu-
nidades para servir en diversas formas. Debieran orar por los enfer-
mos y hacer todo lo posible para aliviar sus sufrimientos. Debieran
trabajar entre los humildes, los pobres y los oprimidos. Debiéramos
orar por y con los desvalidos que no tienen fuerza de voluntad para
controlar los apetitos que las pasiones han degradado. Debe reali-
zarse un esfuerzo fervoroso y perseverante para la salvación de las
personas en cuyos corazones se ha despertado el interés. Muchos se
pueden alcanzar únicamente por medio de actos de bondad desinte-
resada. Sus necesidades físicas deben ser satisfechas primero. Una
vez que vean la evidencia de nuestro amor desinteresado, resultará
más fácil para ellos creer en el amor de Cristo.
Los enfermeros y enfermeras misioneros están mejor calificados
para esta obra, pero también otras personas debieran encargarse de
ella. Aunque no se hayan preparado en la especialidad de enfermería,
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pueden aprender de sus colaboradores la mejor manera de trabajar.—
Testimonies for the Church 6:83-84 (1900)
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