Página 94 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Evítese la glotonería
Hay muchos que son incapaces de controlar sus apetitos y se
dejan arrastrar por sus deseos a expensas de su propia salud. Como
resultado de su intemperancia, el cerebro se entorpece, los pensa-
mientos se aletargan y dejan de realizar lo que habrían podido hacer
si hubieran sido abnegados y abstemios. Las personas intemperantes
le roban a Dios las energías físicas y mentales que podrían haber
consagrado a su servicio si hubieran sido temperantes en todas las
cosas...
La Palabra de Dios coloca la glotonería al mismo nivel que el
pecado de la borrachera. Este pecado era tan ofensivo a la vista
de Dios, que le ordenó a Moisés que cualquier muchacho que se
rebelara y no permitiera el control de sus apetitos, que comiera
rebelde y glotonamente todo lo que se le antojara, debía ser llevado
por sus padres ante los gobernantes de Israel para ser apedreado.
La persona glotona era considerada como un caso perdido. No era
útil para los demás y constituía una maldición para sí misma. A
esa persona no se le confiaba ninguna responsabilidad, porque su
influencia sería detrimental para los demás, y el mundo lo pasaría
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mejor librándose de un individuo que sólo lograría perpetuar sus
terribles defectos.
Ninguna persona consciente de su responsabilidad ante Dios
permitirá que los instintos animales controlen su raciocinio. Los
que actúan de esta manera no son verdaderos cristianos, no importa
quiénes sean ni cuán elevada sea su posición. El consejo de Cristo
es: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en
los cielos es perfecto”.
Mateo 5:48
. Por medio de estas palabras nos
enseña que podemos ser tan perfectos en nuestra esfera, como Dios
es perfecto en la suya.—
Testimonies for the Church 4:454, 455
.
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