Página 87 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Los hábitos físicos y la salud espiritual
Se presenta el carácter de Daniel al mundo como un ejemplo
poderoso de lo que la gracia divina puede hacer en favor de los hom-
bres caídos por naturaleza y corrompidos por el pecado. La historia
de esta vida noble y abnegada constituye un estímulo animador para
la humanidad entera. De esta experiencia podemos adquirir fuerza
para resistir con hidalguía la tentación, y mantenernos con firmeza y
humildad de parte de la justicia ante las pruebas más severas.
La experiencia de Daniel
Daniel habría podido encontrar fácilmente una excusa para aban-
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donar sus hábitos de estricta temperancia; pero la aprobación divina
era de más valor para él que el favor del más poderoso potentado de
la tierra; en efecto, le eran más caros que la vida misma. Después que
su cortesía le había ganado el favor de Melsar, el oficial encargado
de los jóvenes hebreos, Daniel le pidió que le permitiera abstenerse
de comer las viandas reales y de beber el vino de la corte. Melsar
temía que al satisfacer la demanda de Daniel el rey se disgustara y
de ese modo pusiera en peligro su vida misma. Igual que muchos
en Ja actualidad, Melsar temía que una dieta abstemia debilitaría a
los jóvenes, que sus fuerzas musculares decaerían y ofrecerían una
apariencia pálida y enfermiza, mientras que las comidas suntuosas
de la mesa real los harían fuertes y hermosos, y les proporcionarían
una energía física superior
Daniel le suplicó que los probara durante diez días, permitiendo
a los jóvenes hebreos tomar alimentos simples en ese lapso, mien-
tras sus compañeros participaban de las exquisitas comidas reales.
Finalmente la petición fue concedida, y Daniel estuvo seguro de
haber ganado la victoria. A pesar de su juventud, conocía los efectos
nocivos que el vino y las comidas extravagantes producen sobre la
salud física y mental.
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The Review and Herald, 25 de enero de 1881
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