La preparación de alimentos sanos
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saludables a otros países. Se experimentarán muchas dificultades
para vender sin pérdidas financieras las mercaderías importadas
Todos los que manejan los alimentos de salud han de trabajar sin
egoísmo en beneficio de sus semejantes. A menos que los hombres
permitan que el Señor dirija sus mentes se suscitarán incontables
dificultades a medida que diferentes personas se emplean en esta
obra. Cuando el Señor le concede destreza y entendimiento a alguien,
recuerde esta persona que dicha sabiduría no le ha sido dada para
beneficio propio solamente, sino para que pueda ayudar a otros por
medio de ella.
Un conocimiento que se debe impartir a otros
Que nadie piense que ya lo sabe todo con respecto a la prepara-
ción de alimentos sanos, o que es el único que tiene derecho a utilizar
los tesoros de la tierra y de los árboles, que pertenecen al Señor, en
esta clase de obra. Ninguna persona debe sentirse libre para emplear
de acuerdo a su propio criterio el conocimiento que Dios le ha dado
sobre este tema. “De gracia recibisteis, dad de gracia”.
Mateo 10:8
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Es prudente que preparemos alimentos sencillos, baratos y sanos.
Muchos de nuestros hermanos son pobres, y los alimentos sanos
deben proveerse a precios que los hagan accesibles. El Señor quiere
que los pobres de cualquier país puedan obtener alimentos sanos
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y baratos. En muchos lugares se han de establecer industrias para
fabricarlos. Lo que es una bendición para la obra en un lugar lo será
en otros donde es mucho más difícil obtener dinero.
Dios está obrando en favor de su pueblo. No desea que esté sin
recursos. Lo está haciendo volver al régimen alimenticio original-
mente dado al hombre. Este régimen debe consistir en alimentos
hechos con las materias primas que él proveyó, que son principal-
mente las frutas, los cereales y las oleaginosas, aunque también se
usarán diversos tubérculos.
Las ganancias obtenidas con estos alimentos deben provenir
mayormente del mundo, más bien que de los hijos de Dios, quienes
tienen que sostener su obra, entrar en nuevos campos y establecer
iglesias. Sobre ellos descansa el peso de muchas empresas misione-
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Testimonios para la Iglesia 7:122-124
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