Página 474 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
enemigo y hacer de ellos agentes suyos para arruinar a otros; por
otra parte, instruyéndolos fielmente, ofreciéndoles con vuestra vida
un ejemplo de piedad, podéis conducirlos a Cristo. A su vez, ellos
ejercerán sobre otros la misma influencia, y así, por vuestro medio,
podrá salvarse gran número de almas.
Instruid a los niños
Padres y madres, ¿comprendéis la importancia de la responsa-
bilidad que recae sobre vosotros? ¿Comprendéis la necesidad de
preservar a vuestros hijos del descuido y de las costumbres desmo-
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ralizadoras? No les permitáis entrar en relación con otras personas
fuera de aquellas que ejercerán una buena influencia sobre su ca-
rácter. No los dejéis salir de noche a menos que sepáis adónde van
y lo que hacen. Instruidlos en los principios de la pureza moral. Si
habéis descuidado el enseñarles a este respecto precepto tras pre-
cepto, renglón tras renglón, un poco aquí y un poco allá, cumplid
inmediatamente este deber. Haceos cargo de vuestra responsabili-
dad, y trabajad para el tiempo presente y para la eternidad. No dejéis
transcurrir ni un día más sin confesar vuestra negligencia a vuestros
hijos. Decidles que habéis decidido ahora hacer la obra que Dios
os ha asignado. Pedidles que emprendan con vosotros esa reforma.
Haced esfuerzos diligentes para redimir lo pasado. No permanez-
cáis por más tiempo en el estado de la iglesia de Laodicea. En el
nombre del Señor, suplico a cada familia que enarbole su verdadero
estandarte. Reformad la iglesia que tenéis en vuestro hogar.
Mientras cumplís vuestros deberes hacia vuestra familia, el padre
como sacerdote de la casa y la madre como misionera del hogar,
multiplicaréis agentes capaces de hacer bien fuera de la casa. Al
emplear vuestras facultades, os capacitaréis mejor para trabajar en
la iglesia y entre vuestros vecinos. Al vincular a vuestros hijos con
vosotros mismos y con Dios, todos, padres e hijos, llegaréis a ser
colaboradores de Dios.
Como medio de vencer el prejuicio y de obtener acceso a las
mentes, la obra médica misionera debe llevarse a cabo, no en uno o
dos lugares únicamente, sino en muchos lugares en los que la verdad
todavía no ha sido proclamada. Debemos trabajar como misioneros
médicos evangélicos para sanar a las almas enfermas por el pecado al