Página 131 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Cómo preservar nuestra sensibilidad
Dios creó al hombre un poco inferior a los ángeles y le confirió
atributos que, si son empleados correctamente, lo convertirán en una
bendición para el mundo y lo impulsarán a dar la gloria al Dador.
Pero, aunque hecho a la imagen de Dios, mediante la intemperancia
el hombre ha quebrantado la ley de Dios. La intemperancia de
cualquier clase adormece los órganos de la percepción y debilita el
poder nervioso del cerebro de manera que las cosas eternas no son
apreciadas, sino que son puestas en el mismo plano de lo común.
Las facultades superiores de la mente, designadas para propósitos
elevados, son esclavizadas por las pasiones más bajas. Si nuestros
hábitos físicos no son correctos, nuestras facultades mentales y
morales no pueden ser fuertes; porque existe una relación estrecha
entre lo físico y lo moral. El apóstol Pedro lo comprendía y elevó su
voz de advertencia a sus hermanos: “Amados, yo os ruego como a
extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales
que batallan contra el alma”.
1 Pedro 2:11
...
Los que han recibido luz en lo que concierne a comer y vestir
con sencillez, en armonía con las leyes físicas y morales, y se han
apartado de la luz que les señala su deber, también rehusarán cumplir
su deber en otras cosas. Si endurecen sus conciencias a fin de evitar
la cruz que deben llevar para estar en armonía con la ley natural,
violarán los diez mandamientos para evitar el reproche. Algunos se
niegan decididamente a cargar la cruz y a despreciar la vergüenza.
Muchos abandonarán sus principios a causa de las burlas. La confor-
midad con el mundo está ganando terreno entre el pueblo de Dios,
los que profesan ser peregrinos y extranjeros, y dicen velar en espera
del aparecimiento del Señor. Hay muchos entre los profesos obser-
vadores del sábado que están más firmemente atados a las modas y
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placeres mundanos que a cuerpos y mentes saludables o corazones
santificados..
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Testimonies for the Church 3:50-52 (1871)
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