Olas de influencia
Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia
diaria, pero debéis tener la seguridad de que la ejercéis para el bien
o para el mal. Muchos que tienen un corazón bondadoso y buenos
impulsos permiten que su atención sea absorbida en cuestiones
mundanales o en el placer, mientras las almas que esperan dirección
de su parte van a la deriva y hacia la destrucción inevitable. Tales
personas pueden tener una elevada profesión y gozar de la opinión
favorable de los hombres, y aun como cristianos, pero en el día de
Dios, cuando nuestras obras se comparen con la ley divina, entonces
se encontrará que no han estado a la altura de las normas establecidas.
Otros que conocían su comportamiento cayeron más bajo que ellos, y
aun otros tuvieron un comportamiento peor, y en esa forma continuó
la obra de degeneración.
Si lanzamos una piedra en un lago se formará una multitud de
ondas concéntricas; y a medida que aumentan, el círculo se amplía
hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia,
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aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar exten-
diéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control.—
The
Review and Herald, 24 de enero de 1882
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