Página 297 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Resultados del esfuerzo fiel
Vi que hay un gran exceso de recursos entre nuestro pueblo, una
porción de los cuales debiera colocarse en nuestro Instituto de Salud.
También vi que hay muchos pobres dignos entre nuestro pueblo, que
están enfermos y que sufren, y que han estado esperando ayuda del
Instituto, pero que no pueden pagar el costo regular del alojamiento,
del tratamiento, etc. El Instituto ha tenido que luchar con deudas
durante los últimos tres años, de modo que no podría tratar un
número grande de pacientes en forma gratuita. Agradaría a Dios que
todos nuestros miembros que pudieran hacerlo invirtieran dinero en
el Instituto, de manera que pueda ayudar a los humildes y dignos
pobres de Dios. En relación con esto, vi que Cristo se identifica con
la humanidad doliente, y que lo que tengamos el privilegio de hacer
aun por el más humilde de sus hijos, a quien él llama su hermano, lo
haremos para el Hijo de Dios...
Lo que ha sido necesario para elevar al Instituto de Salud de la
pobre condición en que se encontraba en el otoño de 1869 hasta su
condición actual marcada por la prosperidad y el progreso, ha exigido
sacrificios y privaciones de los cuales sus simpatizantes en general
saben muy poco. En ese tiempo tenía una deuda de trece mil dólares,
y atendía solamente a ocho pacientes que pagaban sus gastos. Y lo
que era peor aún, el comportamiento de gerentes anteriores había
sido de tal naturaleza que había desanimado a sus amigos hasta el
punto que carecían de interés en proporcionar los recursos necesarios
para pagar la deuda, o recomendar a los enfermos que asistieran al
Instituto. En este punto de tanto desánimo, mi esposo decidió que
era necesario vender la propiedad del Instituto para pagar las deudas
y devolver el saldo a los accionistas en proporción a la cantidad
de acciones poseídas por cada uno. Pero cierta mañana, en oración
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en el altar de la familia, el Espíritu de Dios descendió sobre él
mientras oraba pidiendo dirección para llevar a cabo transacciones
relacionadas con el Instituto, y él exclamó, mientras se encontraba
de rodillas: “El Señor vindicará cada palabra que ha pronunciado
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