Página 437 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Un llamamiento para los médicos evangelistas
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El Señor habla a todos los misioneros médicos, diciéndoles: Id
hoy a mi viña para ganar almas. Dios oye las oraciones de todos
aquellos que le buscan sinceramente. El posee el poder que todos
necesitamos y llena los corazones de gozo, paz y santidad. Poco a
poco, los caracteres se van formando. No podemos perder nuestro
tiempo trabajando contra los planes de Dios.
Algunos médicos, por haber estado relacionados con nuestros
sanatorios, encuentran ventajoso establecerse en la proximidad de
nuestras instituciones; cierran los ojos para no ver el vasto cam-
po descuidado, inculto, donde un trabajo desinteresado reportaría
bendiciones a muchos. Los misioneros médicos pueden ejercer una
influencia ennoblecedora y santificadora. Los que no lo hacen, abu-
san de sus facultades; el Señor repudia su trabajo.
Preparación para realizar una obra rápida
Si el Señor habló alguna vez por mi intermedio, lo hace aho-
ra cuando digo que los obreros que se dedican a los ramos de la
educación, la predicación o el trabajo médico misionero, deben es-
tar unidos como un solo hombre, trabajando todos juntos bajo la
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dirección de Dios, ayudándose y beneficiándose mutuamente.
Los que estén relacionados con nuestras escuelas y sanatorios
deben trabajar con entusiasmo. La obra cumplida bajo el ministerio
del Espíritu Santo y por amor a Dios y a la humanidad, recibirá el
sello divino y hará impresión en la mente de los hombres.
El Señor invita a nuestros jóvenes a ingresar en nuestras escue-
las, y a prepararse rápidamente para servirle. Deben establecerse
escuelas en diferentes lugares, fuera de las ciudades, donde nues-
tra juventud pueda recibir una educación que la prepare para la
evangelización y la obra médica misionera.
Debe darse al Señor ocasión de mostrar a los hombres su deber
y de obrar en sus mentes. Nadie debiera comprometerse a trabajar
durante un determinado número de años, bajo la dirección de un
grupo de hombres o en algún ramo especial de la obra del Maestro;
porque el Señor mismo llamará a los hombres, como llamó antaño a
los humildes pescadores, y les indicará él mismo su campo de labor
y los métodos que deben seguir. Llamará a hombres que dejarán el
arado y otras ocupaciones para dar la última nota de advertencia a las