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Consejos Sobre la Salud
En el futuro, la condición de las ciudades empeorará cada vez
más, y su influencia se reconocerá como desfavorable al cumpli-
miento de la obra encomendada a nuestros sanatorios.
El humo y el polvo de las ciudades son muy contraproducentes
para la salud. Los enfermos que se ven encerrados entre cuatro pare-
des, se sienten como prisioneros en sus habitaciones. Cuando miran
por la ventana, no ven más que casas y más casas. Los que están
así encerrados en sus piezas tienden a meditar en sus sufrimientos
y pesares. Hasta sucede a veces que ciertos enfermos se envenenan
con su propio aliento.
Muchos otros inconvenientes resultan también de establecer las
instituciones médicas importantes en las ciudades grandes.
Los efectos de la vida al aire libre
¿Por qué se habría de privar a los enfermos de las propiedades
curativas que se hallan en la vida al aire libre? Se me ha mostrado
que si a los enfermos se les estimula a salir de sus habitaciones y
a pasar su tiempo al aire libre, a cultivar flores o a realizar algún
trabajo fácil y agradable, sus pensamientos se desviarán de su per-
sona hacia objetos más favorables para su curación. El ejercicio al
aire libre debiera prescribirse como una necesidad bienhechora y
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vivificadora. Cuanto más se pueda exponer al enfermo al aire vivifi-
cante, tanto menos cuidados necesitará. Cuanto más alegres sean los
alrededores, tanto más henchido quedará de esperanza. Rodead a los
enfermos de las cosas más hermosas de la naturaleza. Colocadlos
donde puedan ver crecer las flores y oír el gorjeo de los pajaritos y
su corazón cantará al unísono con los trinos de las aves. Encerradlos,
por el contrario, en habitaciones, y se volverán tristes e irritables,
por elegantemente amuebladas que estén. Dadles los beneficios de
la vida al aire libre. Elevarán su alma a Dios y obtendrán alivio
corporal y espiritual.
“¡Lejos de las ciudades!” Tal es mi mensaje. Hace mucho que
nuestros médicos deberían haber advertido esa necesidad. Espero y
creo que ahora verán su importancia, y ruego a Dios que así sea.