Con fe y humilda
El Evangelio de Cristo debe vivirse y practicarse en la vida
diaria. Los siervos de Dios deben ser limpiados de toda indiferencia
y de todo egoísmo. La sencillez, la mansedumbre y la humildad son
de gran valor en la obra de Dios. Procurad unir a los obreros en
confianza y amor. Si no podéis conseguirlo, actuad correctamente
vosotros mismos y dejad el resto con Dios. Trabajad con fe y oración.
Seleccionad a jóvenes cristianos y preparadlos para que lleguen a
ser, no obreros con corazones de hierro, sino obreros que estén
dispuestos a vivir en armonía con los demás.
Oro para que el Señor cambie los corazones de aquellos que, a
menos que reciban más gracia, caerán en la tentación. Oró para que
él suavice y subyugue todo corazón. Necesitamos vivir en estrecha
comunión con Dios, para amarnos unos a otros así como Cristo nos
amó. Así el mundo sabrá que somos sus discípulos.—
Testimonies
for the Church 9:218-219 (1909)
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Referencia para estudio adicional: (
El Ministerio de Curación, 99-118
), “Enseñar y
curar”.
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