Página 575 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Palabras de advertencia a un director médico
Melbourne, Australia,
3 de febrero de 1898.
Apreciado hermano,
Se me ha mostrado que usted corre peligro de perder de vista
la obra para este tiempo. Usted está construyendo barreras para
separar de la iglesia su obra y a los que está educando. Esto no
debe ser así. Los que están recibiendo instrucción como médicos
misioneros debieran ser inducidos a comprender que su educación
tiene el propósito de capacitarlos para realizar una obra mejor en
conexión con los ministros de Dios. Usted debe recordar, hermano
mío, que el Señor tiene un pueblo en la tierra al que respeta. Pero
sus palabras y la manera en que son pronunciadas con frecuencia,
crean incredulidad en la posición que ocupamos como pueblo. Usted
corre peligro de no mantenerse aferrado a la fe que una vez fue dada
a los santos, de naufragar en su fe. Se pronunciaron estas palabras:
“Una vía de agua muy pequeña puede hundir un barco. Un eslabón
defectuoso inutilizará una cadena”.
Recuerde, hermano mío, que la obra misionera médica no con-
siste en sacar hombres del ministerio, sino en colocar hombres en
el campo, mejor calificados para servir debido a sus conocimien-
tos de la obra misionera médica. Hombres jóvenes debieran recibir
educación médica y luego debieran salir para relacionarse con los
ministros. No debieran ser influenciados para que se dediquen exclu-
sivamente a la obra de rescatar a los que han caído y se encuentran
degradados. Esa obra se encuentra en todas partes y debe combinar-
se con la obra de preparar a la gente para que convierta la verdad
bíblica en su defensa contra los engaños de los mundanos y de la
iglesia caída. El tercer ángel debe proseguir con gran poder. Que
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nadie ignore esta obra ni la trate como si fuera de poca importancia.
Hay que proclamar la verdad al mundo, para que hombres y mujeres
vean la luz
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Testimonies for the Church 8:158-162 (1868)
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