Página 77 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El aire puro y la luz solar
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Tómese en cuenta la salud de la enfermera
Las enfermeras y sus ayudantes deben cuidar su propia salud,
especialmente cuando atienden casos críticos de fiebres y enferme-
dades contagiosas. Nunca se debe obligar a una sola persona a pasar
todo el tiempo en el cuarto del enfermo. Es mejor que dos o tres
lo atiendan, pero que sean enfermeras cuidadosas y diligentes que
se turnen en la atención del enfermo. Cada enfermero o asistente
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médico debe mantenerse sano y hacer ejercicio al aire libre lo más
que pueda. Esto es muy importante para los que cuidan enfermos,
especialmente cuando los familiares y amigos del paciente creen
erradamente que es nocivo que el aire entre al cuarto, y por eso
se niegan a permitir que se abran las puertas y ventanas. En casos
tales se obliga tanto al paciente como a los enfermeros a mantenerse
respirando todo el día un aire contaminado, debido a la ignorancia
inexcusable de los amigos del paciente.
Muy a menudo las personas que cuidan a los enfermos ignoran
las necesidades del sistema y la importancia que el aire libre desem-
peña en el mantenimiento de la salud; además, desconocen el daño
que produce inhalar el aire impuro del cuarto del paciente. En tales
casos se pone en peligro la vida del paciente y los que lo cuidan
también están propensos a enfermarse y perder la salud y tal vez la
vida...
Si es posible, se debe mantener una corriente de aire puro en el
cuarto del enfermo día y noche. Pero esta corriente no debe llegarle
directamente. Cuando hay una fiebre alta casi no hay peligro de
que se resfríe el paciente. Sin embargo, se debe ser extremadamente
cuidadoso cuando la enfermedad llega a su punto crucial y la fiebre
comienza a bajar. Entonces se hace necesaria una vigilancia cons-
tante para mantener la vitalidad del cuerpo. El enfermo debe respirar
aire puro y vigorizador. Si no se le puede proveer donde está, es
menester cambiarlo de cuarto y de cama, mientras su cuarto y su
cama se purifican por medio de la ventilación. Si para mantenerse
bien los que están sanos necesitan las bendiciones de la luz del sol,
el aire puro, y los hábitos de limpieza, las necesidades del enfermo
son todavía mayores y proporcionales a su condición debilitada.
Algunas casas están llenas de mobiliarios costosos, que sirven
más para gratificar el orgullo y recibir visitas que para la comodidad,
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