Página 674 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Siervos del pecado
Se me ha mostrado que vivimos en medio de los peligros de los
últimos días. Por cuanto abunda la iniquidad, el amor de muchos
se enfría. La palabra “muchos” se refiere a los que profesan seguir
a Cristo. Afectados, sin que ello sea necesario, por la iniquidad
prevaleciente, se apartan de Dios. La causa de esta apostasía estriba
en que no se mantienen apartados de la iniquidad. El hecho de
que su amor hacia Dios se esté enfriando por causa de que abunda
la iniquidad, demuestra que, en cierto sentido, participan de esta
iniquidad, pues de otra manera ella no afectaría su amor a Dios, ni
su celo y fervor en su causa.
Se me ha presentado un horrible cuadro de la condición del
mundo. La inmoralidad cunde por doquiera. La disolución es el
pecado característico de esta era. Nunca alzó el vicio su deforme
cabeza con tanta osadía como ahora. La gente parece aturdida, y los
amantes de la virtud y de la verdadera bondad casi se desalientan por
esta osadía, fuerza y predominio del vicio. La iniquidad prevaleciente
no es del dominio exclusivo del incrédulo y burlador. Ojalá fuese tal
el caso; pero no sucede así. Muchos hombres y mujeres que profesan
la religión de Cristo son culpables. Aun los que profesan esperar
su aparición no están más preparados para ese suceso que Satanás
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mismo. No se están limpiando de toda contaminación. Han servido
durante tanto tiempo a su concupiscencia, que sus pensamientos
son, por naturaleza, impuros y sus imaginaciones, corruptas. Es tan
imposible lograr que sus mentes se espacien en cosas puras y santas
como lo sería desviar el curso del Niágara y hacer que sus aguas
remontasen las cataratas
La juventud entrampada
Jóvenes y niños de ambos sexos participan de la contaminación
moral, y practican el asqueroso vicio solitario destructor de cuerpo y
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Testimonios para la Iglesia 2:310-316 (1869)
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