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Consejos Sobre la Salud
sazonadas y cenas compuestas de carnes condimentadas con salsas
pesadas, pasteles, helados, te, café, etc. No es de sorprenderse que
la gente que práctica este tipo de alimentación sea de complexión
pálida y sufra de trastornos digestivos.
La naturaleza emitirá su voz de protesta en contra de toda trans-
gresión de las leyes de la vida. Soporta los abusos hasta cierto límite
pero la retribución finalmente llega y se deja sentir sobre las faculta-
des físicas y mentales. Y estos efectos negativos no terminan con el
transgresor, sino que las consecuencias de su indulgencia son visi-
bles en su descendencia, y así la maldad se transmite de generación
a generación.
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Nuestra juventud carece de control propio
Los jóvenes de la actualidad son un índice seguro del futuro
de la sociedad; y al observarlos, ¿qué podemos esperar del futuro?
La mayoría prefiere las diversiones antes que el trabajo. Les falta
valor moral para negarse a sí mismos y responder al llamado del
deber. Carecen de control propio y se dejan dominar por la ira
ante la más leve provocación. Muchos viven sin principios y son
insensibles a los dictados de su conciencia; y con sus hábitos de
ocio y derroche, se apresuran a participar en toda suerte de vicios, y
de este modo corrompen la sociedad, convirtiendo a nuestro mundo
en una segunda Sodoma. Si los apetitos y las pasiones estuvieran
bajo el control de la razón y la religión, nuestra sociedad ofrecería
un aspecto completamente diferente. Nunca fue el deseo de Dios
que las condiciones actuales existieran. Se han producido debido a
la flagrante violación de las leyes de la naturaleza.
El carácter se forma en gran medida durante los primeros años
de la existencia. Los hábitos establecidos en la infancia tienen mayor
influencia que cualquier don natural, en la formación de hombres de
gran intelecto o de enanos intelectuales, porque los hábitos incorrec-
tos pueden distorsionar y debilitar los mejores talentos. Mientras
más temprano en la vida una persona adopte hábitos dañinos, más
firmemente será dominada por ellos y más ciertamente afectarán su
espiritualidad. Al contrario, si se forman hábitos correctos y virtuo-
sos en la juventud, generalmente marcarán el rumbo de la vida de
quien los posee. En la mayoría de los casos se encontrará que las