Página 98 - Consejos Sobre la Salud (1989)

Basic HTML Version

La benevolencia y la rectitud en la vida de casados
Los que profesan ser cristianos no debieran casarse hasta des-
pués de haber considerado el asunto cuidadosamente y con oración,
de un modo elevado, para ver si Dios puede ser glorificado por la
unión. Luego debieran considerar debidamente el resultado de cada
privilegio de la relación matrimonial, y principios santificadores
debieran ser la base de todas sus acciones. Antes de aumentar su
familia, debieran considerar si Dios sería glorificado o deshonrado
al traer ellos hijos al mundo. Debieran tratar de glorificar a Dios por
medio de su unión desde el primero y durante cada año de su vida
matrimonial. Debieran considerar con calma cómo pueden brindar a
sus hijos lo que necesitan. No tienen derecho a traer hijos al mundo
que han de ser una carga para otros. ¿Tienen un trabajo que les
permitirá sostener una familia de modo que no necesiten llegar a ser
una carga para los demás? Si no lo tienen, cometen un crimen al
traer hijos al mundo para que sufran por falta de cuidado, alimento
[75]
y ropa apropiados. En esta época rápida y corrupta no se consideran
estas cosas. La concupiscencia predomina sin que se la someta a
control, aunque la debilidad, la miseria y la muerte sean el resultado
de su predominio. Las mujeres llevan forzosamente una vida de
penuria, dolor y sufrimiento por causa de las pasiones incontrolables
de hombres que llevan el nombre de esposos—más apropiadamente
podría llamárseles bestias. Las madres llevan una existencia mise-
rable, casi todo el tiempo con hijos en los brazos, esforzándose por
todos los medios para darles el pan y para vestirlos. Esta miseria se
ha multiplicado y llena el mundo
La pasión no es amor
Hay muy poco amor real, genuino, leal y puro. Este precioso
artículo escasea. A la pasión se la llama amor. Más de una mujer se
ha sentido ultrajada en su delicada y tierna susceptibilidad porque la
[
Testimonios para la Iglesia 2:339-342 (1868)
.
]
94