Página 99 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La benevolencia y la rectitud en la vida de casados
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relación matrimonial le permitía al que llamaba su esposo tratarla
de modo cruel. En estos casos, al darse cuenta de que el amor de su
esposo era tan vil, llegaba a sentir repulsión por él.
Un gran número de familias viven en un estado deplorable por-
que el esposo y padre permite que predominen sus instintos animales
sobre sus capacidades intelectuales y morales. Como resultado, fre-
cuentemente se sienten débiles y deprimidos, pero rara vez se dan
cuenta de que es el resultado de su conducta equivocada. Tenemos
ante Dios la solemne obligación de mantener el espíritu puro y el
cuerpo sano, de modo que podamos beneficiar a la humanidad y
ofrecer a Dios un servicio perfecto. El apóstol nos advierte: “No
reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias”.
Romanos 6:12
. Nos insta a
seguir adelante cuando dice que “todo aquel que lucha, de todo se
abstiene”
1 Corintios 9:25
. Exhorta a todos los que se consideran
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cristianos a presentar sus cuerpos “en sacrificio vivo, santo, agrada-
ble a Dios”.
Romanos 12:1
. Dice: “Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo
venga a ser eliminado”.
1 Corintios 9:27
.
El cuidado de la esposa
Es un error generalizado pensar que no es necesario para una
mujer embarazada cambiar su modo de vida. En este período impor-
tante debiera aliviarse a la madre en sus trabajos. Se están llevando
a cabo grandes cambios en su organismo. Este requiere una mayor
cantidad de sangre, y por lo tanto, un aumento en la cantidad de
alimentos altamente nutritivos que han de convertirse en sangre.
A menos que tenga una abundante provisión de alimentos nutriti-
vos, no puede mantenerse físicamente fuerte, y les resta vitalidad a
sus hijos. También debe prestar atención a su vestimenta. Debiera
cuidar su cuerpo del frío. No debiera malgastar su vitalidad en la
zona superficial de su cuerpo por falta de suficiente abrigo. Si se
priva a la madre de abundantes alimentos saludables y nutritivos,
sufrirá de una deficiencia en la cantidad y calidad de sangre. Su
circulación será pobre y su hijo sufrirá esta misma carencia. El hijo
será incapaz de retener el alimento necesario en la producción de
buena sangre para nutrir el organismo. El bienestar de la madre y