Página 238 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
ticas objetables que se encuentran en otras instituciones de salud.
Debía ser un instrumento para producir grandes reformas.
El Señor reveló que la prosperidad del sanatorio no debía de-
pender únicamente del conocimiento y.la habilidad de sus médicos,
sino del favor de Dios. Debía ser conocido como una institución
en la cual Dios era reconocido como el Monarca del universo, una
institución que se encontraba bajo su supervisión especial. Sus ge-
rentes debían hacer que Dios fuera el primero y el mejor en todo.
Y en eso habría poder. Si era dirigida en una forma que Dios podía
aprobar, tendría mucho éxito y se encontraría a la cabeza de todas
las demás instituciones de esa clase en todo el mundo. Se le dio gran
luz, gran conocimiento y privilegios superiores. Y de acuerdo con la
luz recibida sería la responsabilidad de quienes habían recibido el
cometido de hacer avanzar la institución.
Ahora que nuestra obra se ha extendido y nuestras instituciones
se han multiplicado, el propósito de Dios en su establecimiento
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sigue siendo el mismo. Las condiciones para la prosperidad no han
cambiado.
La humanidad sufre debido a la transgresión de las leyes de
Dios. El Señor desea que los seres humanos comprendan cuál es
la causa de sus sufrimientos y cuál es la única forma como pueden
obtener alivio. Quiere que sepan que su bienestar físico, mental
y moral depende de su obediencia a su ley. Es su propósito que
nuestras instituciones sean como lecciones objetivas que muestren
los resultados de la obediencia a los principios correctos.
Hay que difundir los principios de salud
En la preparación de un pueblo para la segunda venida del Se-
ñor, debe realizarse una gran obra por medio de la difusión de los
principios de salud. La gente debe ser instruida acerca de las necesi-
dades del organismo físico y del valor de la vida saludable como lo
enseñan las Escrituras, que los cuerpos que Dios ha creado deben
ser presentados ante él como sacrificio vivo, y aptos para rendirle
un servicio aceptable. Hay una gran obra que se debe realizar para
la humanidad doliente en aliviar sus sufrimientos por medio del
uso de los agentes naturales que Dios ha provisto, y en enseñarles
cómo prevenir la enfermedad por medio del control del apetito y