Página 420 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La fe y las obra
Cuando se ora por los enfermos es indispensable tener fe, porque
eso concuerda con la palabra de Dios. “La oración eficaz del justo
puede mucho”.
Santiago 5:16
. De manera que no podemos descar-
tar la necesidad de orar por los enfermos, y debiéramos sentirnos
muy entristecidos si no tuviéramos el privilegio de aproximarnos a
Dios, de presentarle nuestras debilidades y dolencias, de comunicar
todas estas cosas a un Salvador compasivo, creyendo que escucha
nuestras peticiones. En algunos casos las respuestas a nuestras ora-
ciones vienen de inmediato. Pero otras veces tenemos que esperar
pacientemente y continuar rogando por las cosas que necesitamos;
aquí se aplica como ilustración el caso del solicitante importuno
que buscaba pan. “¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él
a medianoche y le dice: amigo, préstame tres panes?” Esta lección
significa más de lo que podemos imaginar. Debemos perseverar
en nuestras peticiones, aunque no obtengamos respuesta inmediata
a nuestras oraciones. “Yo os digo: pedid, y se os dará, buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Lucas 11:9-10
.
Necesitamos gracia, necesitamos iluminación divina, para que
por medio del Espíritu sepamos pedir las cosas que necesitamos. Si
nuestras peticiones son dictadas por el Señor, serán contestadas.
En las Escrituras hay promesas preciosas hechas a los que es-
peran en el Señor. Todos deseamos la respuesta inmediata a las
oraciones y nos sentimos tentados a desanimarnos si éstas no son
contestadas inmediatamente. Pero mi experiencia me ha enseñado
que esto es un gran error. La demora es para nuestro beneficio es-
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pecial. Tenemos la oportunidad de ver si nuestra fe es sincera o si
es mudable como las olas del mar. Debemos atarnos al altar con las
fuertes cuerdas de la fe y el amor, y dejar que la paciencia realice su
obra perfecta. La fe se fortalece mediante el ejercicio continuo. Esta
espera no significa que por haberle pedido al Señor que sane, no hay
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Health, Philanthropic, and Medical Missionary Work, 51-54 (1892)
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