Página 253 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El sanatorio de Sydney debe impartir educación
El Señor ha dado repetidamente instrucciones concernientes a la
importancia de esta institución y a la necesidad de su establecimien-
to. Desea que el sanatorio se construya para que podamos cooperar
con sus instrumentos en el alivio del sufrimiento de la humanidad.
En la obra de este sanatorio, los médicos, las parteras y las
enfermeras deben colaborar con Dios en la restauración de la salud
a los enfermos. Al hacerlo colaboran con él en la restauración de su
imagen en el alma. No limitemos al Santo de Israel. ¿Acaso Cristo
no oficia por nosotros en el santuario de arriba, a la mano derecha de
Dios? ¿Acaso no intercede por los que sufren físicamente y por los
que sufren espiritualmente? Los invita a ir a él, quien estuvo muerto,
pero quien ahora vive para siempre.
Dios desea que a los seres humanos dolientes se les enseñe a
evitar la enfermedad por medio de la práctica de hábitos correctos
de comer, beber y vestir. Muchos sufren debido al poder opresivo
de prácticas pecaminosas, cuya salud podría restaurarse mediante la
observancia inteligente de las leyes de la vida y la salud, por medio
de la cooperación con Aquel que murió para que ellos pudieran vivir
eternamente. Este es el conocimiento que los hombres y las mujeres
necesitan. Deben aprender a estudiar las leyes divinas dadas por
Cristo para bien de toda la humanidad. Esta es la obra que se debe
realizar en nuestro sanatorio.
Los instrumentos de Dios debieran procurar seguir en los pasos
del Sanador Divino. Los que acuden al sanatorio debieran aprender
a cuidar su cuerpo, y recordar estas palabras: “No sois vuestros.
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios
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en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
1 Corintios 6:19-20
. Sí, somos propiedad de Dios y la senda de
la obediencia a las leyes de la naturaleza es la senda directa hacia
el cielo. El que se convierte de los errores en el comer, el beber y
el vestirse, está siendo preparado para escuchar y recibir la verdad
en un corazón bueno y bien dispuesto. Muchos, al practicar las
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