Página 501 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Indiferencia e incredulidad
Se me mostró que la obra de la reforma pro salud apenas se
ha comenzado. Aunque hay algunos que sienten profunda preocu-
pación por esto y obran de acuerdo con su fe, otros permanecen
indiferentes y ni siquiera han dado el primer paso en la reforma.
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Existe la incredulidad en ellos, y como esta reforma restringe el
apetito carnal, muchos se alejan de ella. Tienen otros dioses delante
del Señor. Sus gustos y su apetito son su dios, y cuando se coloca
el hacha a la raíz del árbol, y los que han complacido sus apetitos
depravados a expensas de la salud son tocados, cuando se señala su
pecado, cuando se les muestran sus ídolos, no quieren ser convictos;
y aunque la voz de Dios les hablara directamente para que desechen
las complacencias destructoras de la salud, algunos continuarían
aferrándose a las cosas perjudiciales que aman. Parecen estar unidos
a sus ídolos, y Dios pronto dirá a sus ángeles: “Dejadlos solos” ...
Vi que nosotros como pueblo debemos avanzar en esta gran obra.
Los pastores y los miembros deben actuar concertadamente. El pue-
blo de Dios no está preparado para el clamor en alta voz del tercer
ángel. Tienen una obra que deben realizar por sí mismos, la que
no debieran dejar que Dios haga por ellos. El les ha encomendado
esta obra. Es una obra individual, que no puede ser hecha por otra
persona.—
Testimonies for the Church 1:486 (1865)
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