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Consejos Sobre la Salud
y trabajar por la salvación de las almas y los cuerpos de hombres
y mujeres. El Salvador está presente en la pieza del enfermo, en la
sala de operaciones; y su poder, para gloria de su nombre, realiza
grandes cosas.
El médico puede señalar a Jesús
El médico puede hacer una obra noble si está relacionado con el
gran Médico. Puede hallar oportunidad de decir palabras de vida a
los parientes del enfermo, cuyos corazones están llenos de simpatía
por el doliente; y puede enternecer y elevar la mente del doliente
para inducirle a mirar al que puede salvar hasta lo sumo a todos los
que se allegan a él en busca de salvación.
Cuando el Espíritu de Dios obra sobre la mente del afligido y le
induce a indagar la verdad, trabaje el médico por el alma preciosa
como trabajaría Cristo. No trate de insistir ante él acerca de nin-
guna doctrina especial, sino señálele a Jesús como el Salvador que
perdonará el pecado. Los ángeles de Dios impresionarán la mente.
Algunos se niegan a ser iluminados por la luz que Dios quisiera
dejar resplandecer en las cámaras del espíritu y en el templo del
alma; pero muchos responderán a la luz, y en esas mentes quedarán
disipados el engaño y el error en sus diversas formas.
Debe aprovecharse cuidadosamente toda oportunidad de trabajar
como Cristo trabajó. El médico debe hablar de la ternura y del amor
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de Cristo y de las obras de sanidad que realizó. Debe creer que Jesús
es su compañero y que está a su lado. “Porque nosotros, coadjutores
somos de Dios”.
1 Corintios 3:9
. Nunca debe el médico descuidar la
oportunidad de dirigir la mente de sus pacientes a Cristo, el Médico
supremo. Si el Salvador mora en su corazón, sus pensamientos
serán siempre encauzados hacia el Sanador del alma y el cuerpo.
Conducirá la mente de sus pacientes a Aquel que puede curarlos, al
que, mientras estaba en la tierra, devolvía la salud a los enfermos y
sanaba el alma tanto como el cuerpo, diciendo: “Hijo, tus pecados
te son perdonados”.
Marcos 2:5
.
Nunca debe dejar el médico que la familiaridad con el dolor
le haga descuidado o carente de simpatía. En caso de enfermedad
grave, el paciente siente que está a la merced del médico. Mira al
médico como su única esperanza terrenal, y éste debe conducir al