Eduquemos a la gente
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Los alimentos debieran adaptarse a la ocupación a la cual nos de-
dicamos y al clima en el cual vivimos. Algunos alimentos apropiados
en un país no lo son en otros.
Algunas personas recibirían más beneficio de abstenerse de ali-
mentos durante un día o dos por semana que de cualquier tratamiento
o consejo médico. El ayunar un día por semana les sería de beneficio
incalculable.
El uso de alimentos oleaginosos
Se me ha indicado que los alimentos a base de oleaginosas se
usan con frecuencia imprudentemente. Se consume una proporción
demasiado elevada de oleaginosas y algunas de ellas no son tan
sanas como otras. Las almendras son preferibles al maní; pero éste
puede añadirse en cantidades limitadas a los cereales para constituir
un alimento nutritivo y digestible.
Las aceitunas pueden prepararse de tal manera que se puedan
ingerir con buen resultado en cada comida. Las ventajas que se
procuran con el uso de mantequilla pueden obtenerse con el consumo
de aceitunas debidamente preparadas. El aceite de las aceitunas
alivia el estreñimiento, y para los tuberculosos y para los que tienen
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estómago inflamado e irritado es mejor que cualquier medicamento.
Como alimento, es mejor que cualquier grasa obtenida de segunda
mano de los alimentos de origen animal.
Sería bueno que cocinásemos menos y comiésemos más frutas
al natural. Enseñemos a la gente a hacer consumo copioso de uvas,
manzanas, duraznos y peras en estado fresco, así como de toda
clase de fruta que se pueda obtener. Prepárense dichas frutas para
el consumo invernal poniéndolas en conserva, usando vidrio hasta
donde sea posible, en vez de envases metálicos.
Acerca de la carne, debemos educar a la gente a dejarla. Su con-
sumo contraría el mejor desarrollo de las facultades físicas, mentales
y morales. Y debemos dar un testimonio claro contra el consumo
de té y café. También es bueno descartar los postres suculentos. La
leche, los huevos y la mantequilla no deben clasificarse con la carne.
En algunos casos el uso de huevos es beneficioso. No ha llegado el
tiempo en que debamos decir que se debe descartar completamente
el consumo de leche y huevos. Hay familias pobres cuya alimenta-