La obra de los restaurantes
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personas a quienes sirven necesitan recibir constantemente el pan
del cielo. Manténganse siempre en busca de oportunidades para
hablar acerca de la verdad a los que no la conocen.
El cuidado de los ayudantes
Los encargados de nuestros restaurantes deben trabajar por la
salvación de los empleados. No han de sobrecargarse de trabajo,
porque al hacerlo se colocarán en una posición que les impedirá
tener las fuerzas necesarias y el deseo de trabajar espiritualmente
por los obreros. Deben dedicar sus mejores energías a instruir a los
empleados en los asuntos espirituales, explicándoles las Escrituras
y orando con ellos y en favor suyo. Han de guardar los intereses
religiosos de los ayudantes tan cuidadosamente como los padres se
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preocupan por los de sus hijos. Han de velar por ellos con paciencia
y ternura, haciendo todo lo que puedan por ayudarles a perfeccionar
sus caracteres cristianos. Sus palabras deben asemejarse a manzanas
de oro en marcos de plata; sus acciones deben estar desprovistas de
cualquier traza de egoísmo y aspereza. Deben trabajar vigilantemen-
te en favor de las almas, como quienes han de dar cuenta. Deben
luchar por mantener a sus colaboradores en un terreno espiritual
apropiado, donde su ánimo pueda fortalecerse constantemente y
donde siempre pueda crecer su fe en Dios.
A menos que nuestros restaurantes se dirijan de este modo, se-
ría necesario aconsejar a nuestros hermanos que nunca envíen a
sus hijos a trabajar en ellos. Mucha gente que frecuenta nuestros
restaurantes no trae con ellos a los ángeles de Dios; no desean el
compañerismo de estos seres santos. Traen con ellos una influencia
mundana, y para contrarrestarla los obreros necesitan mantener una
comunión íntima con Dios. Los gerentes de nuestros restaurantes
tienen el deber de luchar más por la salvación de los jóvenes que
trabajan para ellos. Deben esforzarse más por mantenerlos vivos
espiritualmente de tal manera que sus mentes jóvenes no sean arras-
tradas por el espíritu mundano con el cual se tienen que mantener
en contacto constantemente. Las muchachas que trabajan en nues-
tros restaurantes necesitan un pastor. Cada una de ellas necesita la
protección de una influencia hogareña.