Página 472 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
Padres y madres, tratad de obtener cuanta ayuda os sea posible del
estudio de nuestros libros y periódicos... Tomad tiempo para leer
a vuestros hijos partes de nuestros libros referentes a la salud, así
como de aquellos que tratan más particularmente temas religiosos.
Enseñadles la importancia que tiene el cuidado de nuestro cuerpo—
este tabernáculo que habitamos—. Formad un círculo de lectura en
el cual cada miembro de la familia, poniendo a un lado los cuidados
del día, se dedicará al estudio. Padres, madres, hermanos, hermanas,
tomad a pecho esa tarea y veréis cuán ampliamente se beneficiará
con ello vuestra familia.
Sobre todo, los jóvenes que han adquirido la costumbre de leer
novelas recibirán beneficios de este estudio de la velada en casa.
Jóvenes de ambos sexos, leed las obras que puedan daros conoci-
miento verdadero para contribuir a la ayuda de toda la familia. Decid
con firmeza: “No quiero perder un tiempo precioso leyendo lo que
no me reportará ningún provecho y que sólo puede impedirme ser
útil a los demás. Quiero consagrar mi tiempo y mis pensamientos a
hacerme capaz de servir a Dios. Quiero apartar los ojos de las cosas
frívolas y culpables. Mis oídos pertenecen al Señor, y no quiero
escuchar los raciocinios sutiles del enemigo. Mi voz no quedará, en
ninguna manera, a la disposición de una voluntad que no esté bajo
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la influencia del Espíritu de Dios. Mi cuerpo es templo del Espíritu
Santo y emplearé todas las facultades de mi ser para perseguir un
noble fin”.
Los jóvenes, manos ayudadoras de Dios
El Señor ha designado a los jóvenes para que acudan en su ayu-
da. Si en cada iglesia se consagrasen a él, si manifestasen espíritu
de sacrificio en el hogar, aliviando a la madre de familia agotada
por el trabajo, ésta hallaría tiempo para visitar a sus vecinos, y los
niños podrían ellos también, cuando se presentase la ocasión, hacer
algunas diligencias con espíritu de compasión y amor. Los libros
y las revistas que tratan de la salud y de la temperancia podrían
colocarse en muchas casas. La difusión de esos impresos es algo im-
portante, porque gracias a ellos pueden comunicarse conocimientos
preciosos acerca del tratamiento de las enfermedades, conocimientos