Ayudando a los necesitados
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de acuerdo con el valor del trabajo, y ejercer misericordia y justicia
hacia ellos.
De acuerdo con la luz que al Señor le ha agradado concederme,
sé que a él no le agradan muchas cosas que han ocurrido con refe-
rencia a los obreros. Dios no me ha presentado los detalles de todo,
pero he recibido advertencias de que en muchas cosas se requiere
una reforma definida. Se me ha mostrado que existe necesidad de
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padres y madres en Israel que se unan con la institución. Hombres y
mujeres consagrados debieran ser empleados, quienes, por no estar
contínuamente urgidos por cuidados y responsabilidades, puedan
atender los intereses espirituales de los empleados. Es necesario que
tales hombres y mujeres trabajen constantemente desde un punto de
vista misionero en esta gran institución. No se ha hecho ni la mitad
de lo que debiera haberse realizado en este sentido. Estos hombres
y mujeres debieran trabajar por los empleados desde el punto de
vista espiritual, instruyéndolos acerca de la forma como pueden
ganar almas, mostrándoles que es necesario hacer esto, no mediante
el recurso de hablar mucho, sino por medio de una vida cristiana
consecuente. Los obreros están expuestos a influencias mundanales,
pero en vez de ser moldeados por estas influencias, debieran ser mi-
sioneros consagrados, controlados por una influencia que los eleve y
refine. Así aprenderán a relacionarse con los incrédulos y a ejercer
una influencia que ganará a muchos de ellos para Cristo.
Conductos portadores de bendición
Cooranbong, N.S.W.,
Agosto 28, 1895.
Dios tiene una obra para cada creyente que trabaja en el sanatorio.
Cada enfermera debiera ser un canal portador de bendición, debiera
recibir luz de lo alto y dejarla brillar para que otros la vean. Los
obreros no deben conformarse con las exhibiciones a la moda de
los que acuden al sanatorio en busca de tratamiento, sino que deben
consagrarse a Dios. La atmósfera que rodea sus almas debe tener
un sabor de vida para vida. Las tentaciones los asaltarán por todos
lados, pero ellos deben pedir la presencia y la dirección de Dios. El