La esfera de los médicos principale
Se me han dado preciosas instrucciones concernientes a los
obreros de nuestros sanatorios. Estos obreros deben mantenerse en
dignidad moral ante Dios. Los médicos cometen un error cuando
se limitan exclusivamente a la rutina de las tareas del sanatorio,
porque consideran que su presencia es esencial para el bienestar
de la institución. Cada médico debiera ver la necesidad de ejercer
toda la influencia que el Señor le ha dado en una esfera tan amplia
como sea posible; se requiere de él que haga brillar su luz ante los
hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que
está en los cielos.
Los médicos principales de nuestros sanatorios no deben excluir-
se del trabajo de comentar la verdad con otros. Su luz no debe ser
escondida bajo un almud, sino colocada donde pueda beneficiar a los
creyentes y a los incrédulos. El Salvador dijo de sus representantes:
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con
qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una
luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra
a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de
los hombres para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a
vuestro Padre que está en los cielos”.
Mateo 5:13-16
. Esta es la obra
que es incomprensiblemente descuidada, y debido a ese descuido,
las almas se pierden. ¡Despertad, mis hermanos, despertad!
Su luz debe brillar en el extranjero
Nuestros médicos principales no glorifican a Dios cuando con-
finan sus talentos y su influencia a una sola institución. Tienen el
[335]
privilegio de demostrar al mundo que los reformadores de la salud
ejercen una influencia decidida en favor de la justicia y la verdad.
[
The Review and Herald, 13 de agosto de 1914
.
]
373