Página 571 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Una obra unida
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Hay debilidad en la separación
Existe el peligro de que se pierdan de vista los grandes principios
de la verdad cuando se realiza en favor de los pobres la obra que
es correcto hacer. Pero debemos recordar siempre que al ejecutar
esta obra, debe darse preeminencia a las necesidades espirituales del
alma. En nuestros esfuerzos por aliviar las necesidades temporales,
corremos el peligro de separar del último mensaje evangélico sus
rasgos destacados más urgentes. En la forma en que se ha realizado
en algunos lugares, la obra misionera médica ha absorbido talentos y
recursos que pertenecen a otros ramos de la obra, y se ha descuidado
el esfuerzo que debía hacerse en ramos que son más directamente
espirituales.
Debido a las oportunidades siempre mayores y más numerosas
de ministrar a las necesidades temporales de todas las clases, existe
el peligro de que esta obra eclipse el mensaje que Dios nos ha dado
para que lo proclamemos en toda ciudad, a saber, que Cristo vendrá
pronto, y que es necesario obedecer a los mandamientos de Dios y
al testimonio de Jesús. Este mensaje es el que debe preocuparnos
en nuestra obra. Debe ser proclamado con fuerte clamor a todo el
mundo. Tanto en nuestra patria como en los campos extranjeros, debe
acompañarlo la presentación de los principios del sano vivir, pero sin
hacerse independientemente de él ni reemplazarlo en ningún sentido.
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Tampoco debe esta obra absorber tanta atención que empequeñezca
los otros ramos. El Señor nos ha ordenado que consideremos la obra
en todos sus aspectos, para que tenga un desarrollo proporcional,
simétrico y bien equilibrado.
La verdad para este tiempo abarca todo el Evangelio. Debida-
mente presentada, realizará en el hombre cambios que harán evidente
el poder de la gracia de Dios sobre el corazón. Hará una obra com-
pleta, y desarrollará al ser completo. Por lo tanto, no se trae ninguna
línea de demarcación entre la verdadera obra misionera médica y el
ministerio evangélico. Fusiónense los dos en la obra de dar la invita-
ción: “Venid”, pues “todo está prevenido”. Manténganse ligados por
una unión inseparable, como el brazo está unido al cuerpo.