Página 157 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La fidelidad en la práctica de la reforma pro salud
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asunto de la temperancia, deberíamos dejar muy atrás a todos los
demás; sin embargo, hay en nuestras iglesias miembros a quienes las
instrucciones no han faltado, y hasta predicadores, que demuestran
poco respeto por la luz que Dios nos ha dado tocante a este asunto.
Comen según sus gustos y trabajan como mejor les parece.
Colóquense los maestros y directores de nuestra obra firmemente
sobre el terreno bíblico en lo que se refiere a la reforma pro salud,
y den un testimonio definido a los que creen que vivimos en los
últimos tiempos de la historia de este mundo. Debe haber una línea
de separación entre los que sirven a Dios y los que se complacen a
sí mismos.
Se me ha mostrado que los principios que nos fueron dados en
los primeros días de este mensaje no han perdido su importancia
y debemos tenerlos en cuenta tan concienzudamente como enton-
ces. Hay algunos que jamás han seguido la luz dada en cuanto al
régimen. Ya es tiempo de sacar la luz de debajo del almud para que
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resplandezca con toda su fuerza.
Los principios del sano vivir tienen una gran importancia para
nosotros como individuos y como pueblo. Cuando me llegó el men-
saje de la reforma pro salud, yo era débil y predispuesta a frecuentes
desmayos. Suplicaba al Señor que me ayudara, y él me presentó el
vasto plan de la reforma pro salud. Me mostró que los que guardan
sus mandamientos deben entrar en una relación sagrada con él y, por
la temperancia en el comer y el beber, guardar su mente y su cuerpo
en las condiciones más favorables para servirle. Esta luz fue una
gran bendición para mí. Me decidí en favor de la reforma pro salud
sabiendo que el Señor me fortificaría. Actualmente, no obstante mi
edad, gozo de mejor salud que cuando era joven.
Algunos aseveran que no he seguido los principios de la reforma
pro salud conforme los ha preconizado mi pluma; pero puedo afirmar
que he practicado fielmente dicha reforma. Los miembros de mi
familia saben que ello es verdad.
“Todo a gloria de Dios”
No prescribimos un régimen definido, pero decimos que en los
países donde abundan las frutas, los cereales y las nueces, la carne no
es el alimento adecuado para el pueblo de Dios. Se me ha indicado