Página 596 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Métodos y planes
En todos nuestros sanatorios, la obra realizada debiera ser de tal
naturaleza que sirva para ganar almas para Jesucristo. En nuestras
instituciones médicas tenemos un amplio campo misionero, porque a
ellas acuden personas de todos los países para recuperar la salud. Los
mejores auxiliares que deben relacionarse con nuestros sanatorios
son aquellos que desean convertir la Biblia en su guía, los que
pondrán en práctica sus facultades mentales y morales para promover
la obra en forma correcta.
Que los obreros de los sanatorios recuerden que el objetivo del
establecimiento de estas instituciones no es únicamente el alivio del
sufrimiento y la curación de la enfermedad, sino, además, la salva-
ción de las almas. Que la atmósfera espiritual de estas instituciones
sea tal que los hombres y mujeres que acuden a nuestros sanatorios
para recibir tratamiento para sus males corporales, puedan aprender
la lección que indica que sus almas enfermas necesitan curación.
Predicar el Evangelio significa más de lo que muchos compren-
den. Es una obra amplia y de largo alcance. Nuestros sanatorios me
han sido presentados como uno de los medios más eficaces para la
promoción del mensaje evangélico.
La obra del verdadero misionero médico es mayormente una
obra espiritual. Incluye la oración y la imposición de las manos; por
lo tanto, éste debiera ser apartado para su obra en forma tan sagrada
como lo es el ministro del Evangelio. Los que son seleccionados para
que desempeñen la parte de médicos misioneros deben ser apartados
como tales. Esto los fortalecerá contra la tentación de retirarse de la
obra del sanatorio y dedicarse a la práctica privada. No se debiera
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permitir que ningún motivo egoísta aleje a los obreros de su puesto
del deber. La obra médica realizada en relación con la predicación
del mensaje del tercer ángel, debe alcanzar resultados admirables.
Debe ser una obra santificadora y unificadora, que esté de acuerdo
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