Difusión de los principios de la temperancia
Dios pide a su pueblo que se una armoniosamente en el servicio
que le prestan, para que puedan trabajar siguiendo los métodos de
Cristo. Este último mensaje de amonestación debe darse al mundo,
y se llama continuamente a los que están dispuestos a ir para llevarlo
a los campos misioneros que piden ayuda. Hay quienes no pueden ir
personalmente a esos campos, pero pueden ayudar con sus recursos
a sostener la obra.
Muchos pueden dedicarse a la venta de nuestros periódicos. En
esa forma pueden obtener los recursos necesarios para trabajar en
los campos extranjeros mientras siembran semilllas de verdad en
todas partes, en su tierra natal. Esta obra recibirá la bendición de
Dios y no se realizará en vano.
Dejemos que la luz brille en el lugar donde nos encontramos.
Distribuyamos revistas y folletos a las personas con quienes nos
relacionamos, en los medios de transporte público, cuando visitamos
a alguien, o bien cuando conversamos con los vecinos; y aproveche-
mos toda ocasión para pronunciar palabras oportunas. El Espíritu
Santo hará que la semilla fructifique en algunos corazones.
Como pueblo, debemos cultivar la bondad y la cortesía en nuestra
relación con la gente. Evitemos toda brusquedad y esforcémonos
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siempre por presentar la verdad en forma agradable. Esta verdad
significa vida, vida eterna, para quien la recibe. Por eso debemos
aprender la forma de pasar con facilidad y cortesía de los temas
de naturaleza temporal a los de naturaleza espiritual y eterna. La
cortesía caracterizaba la obra del Salvador. Procuremos presentar
nuestra misión en la forma más suave posible. Mientras realizamos
nuestras diversas actividades debemos colocar las semillas de la
verdad en los corazones
Tengo palabras de ánimo con respecto al número especial de
la revista
Watchman,
que está por salir de las prensas de la Casa
Editora del Sur. Me alegraré al ver que nuestras asociaciones ayudan
[
The Review and Herald, 18 de junio de 1908
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