Página 567 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Cristo nuestro ejemplo
La vida terrena de Cristo, tan llena de trabajos y sacrificios, fue
alegrada por el pensamiento de que todos sus afanes no serían en
vano. Al dar su vida por la vida de los hombres, recuperaría al mundo
para que volviera a serle fiel. Aunque primero tendría que recibir el
bautismo de sangre, aunque los pecados del mundo pesarían sobre
su alma inocente, por el gozo puesto delante de él eligió soportar la
cruz y despreciar la vergüenza.
Estudiad la definición que Cristo da de un verdadero misionero:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome
su cruz, y sígame”.
Marcos 8:34
. Seguir a Cristo en la forma como
se indica en estas palabras, no es una simulación ni una farsa. Jesús
espera que sus discípulos sigan sus pasos, soporten lo que él soportó,
sufran lo que él sufrió, venzan como él venció. El está esperando
ansiosamente ver a sus seguidores profesos manifestar el espíritu de
abnegación y renunciamiento.
Los que reciban a Cristo como Salvador personal, elijan ser
participantes de su sufrimiento, vivir su vida de abnegación, soportar
la vergüenza por amor a él, comprenderán lo que significa ser un
misionero médico genuino.
Obediencia y comprensión
Cuando todos nuestros misioneros médicos vivan la nueva vida
en Cristo, cuando adopten su Palabra como su guía, tendrán una
comprensión mucho más clara de lo que constituye la obra médica
misionera genuina. Esta obra tendrá un significado más profundo
para ellos cuando obedezcan totalmente la ley grabada en tablas de
piedra por el dedo de Dios, incluyendo el mandamiento del sábado,
acerca del cual Cristo mismo habló por medio de Moisés a los hijos
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de Israel, diciendo:
“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros
guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros
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