Página 648 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
médicos que están unidos a Dios harán todo lo posible para destruir
la inclinación a la vanidad y a las manifestaciones exteriores...
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La humildad, la abnegación, la dadivosidad y la devolución fiel
de los diezmos demuestran que la gracia de Dios está obrando en
el corazón. El mayor Maestro Médico que el mundo ha conocido,
dejó numerosas lecciones que muestran la necesidad de humildad.
Esas lecciones deben ser puestas en práctica por sus seguidores.
Deben vivir con abnegación y sacrificio. Para muchos esto será una
experiencia nueva, pero de ella depende su salvación. Cristo dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame”.
Marcos 8:34
. El acto de seguir a Cristo produce las
virtudes del carácter de Cristo. La humildad es una gracia valiosa
que particularmente agrada a Dios. Cristo dijo: “Aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas”.
Mateo 11:29
. Los que siguen a Cristo vencerán la
tentación y recibirán la gloriosa recompensa de la vida eterna. Y
darán toda la alabanza y la gloria a Cristo.
Vivid vidas santas
Quisiera decir a los hombres y mujeres jóvenes que están siendo
educados como enfermeros y médicos: Manteneos cerca de Jesús.
Mediante su contemplación somos transformados a su semejanza.
Recordad que no estáis siendo preparados para el noviazgo o el
matrimonio, sino para el matrimonio con Cristo. Puede ser que
tengáis un conocimiento teórico de la verdad, pero eso no os salvará.
Debéis conocer por experiencia lo pecaminoso que es el pecado, y lo
mucho que necesitáis a Jesús como Salvador personal. Únicamente
así podéis llegar a ser hijos e hijas de Dios. Vuestro único mérito es
vuestra gran necesidad.
Las personas que se eligen para seguir el curso de enfermería
en nuestros sanatorios debieran ser escogidas sabiamente. Las jo-
vencitas de carácter superficial no debieran ser animadas a seguir
ese curso. Muchos jóvenes que afirman estar deseosos de seguir el
curso médico, carecen de los rasgos de carácter que los capacitarían
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para soportar las tentaciones tan comunes en el trabajo del médico.
Debieran ser aceptados únicamente los que se ven con más condi-