Página 350 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
conclusión feliz la obra puesta en sus manos. Todas nuestras institu-
ciones debieran recordar esto y luchar por alcanzar el éxito; pero al
mismo tiempo debieran recordar que su éxito aumentará en propor-
ción a su ejercicio desinteresado de la liberalidad, a su capacidad de
compartir su abundancia con instituciones que luchan por levantarse.
Nuestras instituciones prósperas debieran ayudar a las instituciones
que Dios ha dicho que debieran vivir y prosperar, pero que todavía
luchan por su existencia. Existe entre nosotros una cantidad muy
limitada de amor real y abnegado. El Señor dice: “Todo aquel que
ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha
conocido a Dios; porque Dios es amor”. “Nadie ha visto jamás a
Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y
su amor se ha perfeccionado en nosotros”.
1 Juan 4:7-8, 12
. No le
agrada a Dios ver que los hombres se preocupan únicamente de sus
propias cosas mientras cierran los ojos a los intereses de los demás.
Lo que una institución puede hacer por otra
En la providencia de Dios, el Sanatorio de Battle Creek ha pros-
perado grandemente, y durante el año que viene sus administradores
debieran restringir sus necesidades. En lugar de llevar a cabo todo
lo que desean para ampliar sus facilidades, debieran realizar un tra-
bajo abnegado para Dios, y extender la mano de la caridad a fin de
favorecer instituciones radicadas en otros lugares. ¡Cuánto beneficio
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podrían llevar al Retiro Rural de Salud, en Santa Helena, dando unos
pocos miles de dólares a esa empresa! Esa donación animaría a los
administradores, y los inspiraría a avanzar hacia adelante y hacia
arriba.
Se hicieron donaciones al Sanatorio de Battle Creek en sus co-
mienzos, ¿y no debiera este sanatorio considerar cuidadosamente lo
que podría hacer por su institución hermana en la costa del Pacífico?
Mis hermanos de Battle Creek, ¿no les parece que está de acuerdo
con la orden de Dios restringir sus necesidades, reducir sus opera-
ciones de construcción y no ampliar nuestras instituciones en ese
centro? ¿Por qué no sentirían ustedes que es su privilegio y deber
ayudar a los que están en necesidad?