Página 650 - Consejos Sobre la Salud (1989)

Basic HTML Version

646
Consejos Sobre la Salud
corrupción en masa. No conoce a los hijos de Dios porque no le
conoce a él. No debemos practicar sus métodos ni seguir sus cos-
tumbres. Debemos resistir continuamente los principios relajados.
Cristo dijo a sus seguidores: “Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vues-
tro Padre que está en los cielos”.
Mateo 5:16
. Es el deber de médicos
y enfermeros brillar como luces entre las influencias corruptoras del
mundo. Deben tener principios que el mundo no pueda ensuciar.
Para que la iglesia tenga salud y vitalidad debe estar compuesta
por cristianos sanos. Pero en nuestras iglesias e instituciones hay
muchos cristianos enfermos. La luz que el Señor me ha dado está
expresada claramente en el tercer capítulo de Filipenses. Este ca-
pítulo debiera ser leído y estudiado cuidadosamente. Las lecciones
que contiene debieran ser practicadas.
El que colabora con el Gran Médico mantendrá los nervios,
los tendones y los músculos en las mejores condiciones de salud.
Para hacer la obra en forma debida, el organismo humano necesita
cuidadosa atención. Hay que preservar la acción armoniosa de sus
diferentes partes.
Sed fuertes en el señor
Así es con el alma. El corazón puede ser cuidadosamente guar-
[595]
dado y protegido. “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare
todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el
hombre por su alma?”.
Marcos 8:36-37
. Cristo debe morar en el
corazón por medio de la fe. Su Palabra es el pan de vida y el agua
de salvación. La confianza en su plenitud nos viene por medio de la
comunión constante con Dios. Al comer la carne y beber la sangre
de Cristo obtenemos fortaleza espiritual. Cristo provee la sangre
dadora de vida del corazón, y Cristo y el Espíritu Santo dan poder a
los nervios. El alma, engendrada de nuevo en una nueva esperanza
es imbuida con el poder vivificador de una nueva naturaleza, queda
capacitada para elevarse cada vez a mayor altura. La oración que
Pablo elevó a Dios en favor de los efesios fue: “Para que os dé,
conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en
el hombre interior con su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,