La necesidad de consagración
Pastores y médicos, en vuestra obra lleváis pesadas responsabili-
dades. Que vuestros pensamientos no se tornen vulgares, comunes o
egoístas, por falta de la gracia de Cristo. Nuestra preparación para
el hogar de arriba debe confesarse en esta vida. La gracia de Cristo
debe entretejerse en cada fase de nuestro carácter.
Quiero decir a todos los que afirman estar convertidos: ¿Han
sido verdaderamente cambiados vuestros corazones, estáis velando
en oración y manteniendo un comportamiento concienzudo y conse-
cuente para que no sólo tengáis una apariencia de religión, sino una
religión preciosa y genuina? Pastores y médicos, cuando aceptasteis
a Cristo, ¿experimentasteis una profunda sensación de necesidad
espiritual? ¿Cuánto significa para vosotros que sois ministros de
justicia, aceptar el don celestial de la luz, el amor, la paz y el gozo en
[635]
el Espíritu Santo? Debéis estar imbuidos de tal amor por Cristo que
sintáis la necesidad de entregarle todos vuestros afectos y vuestra
vida, porque él dio su vida por vosotros. Al estar imbuidos por el
amor de Cristo, debéis sentiros motivados a realizar actos de servicio
sin egoísmo hasta que dichos actos se conviertan en la práctica de
vuestra vida. El crecimiento diario en la vida de Cristo crea en el
alma un cielo de paz. En esa clase de vida los frutos se manifiestan
constantemente
Hermanos y hermanas, necesitamos la reforma que deben tener
todos los que están redimidos, por medio de la purificación de la
mente y el corazón de toda mancha de pecado. La actitud de renun-
ciamiento se manifestará constantemente en las vidas de los que
han sido rescatados por la sangre de Cristo. Se verán la virtud y la
justicia. La tranquila experiencia interior llenará la vida de virtud, fe,
humildad y paciencia. Esta debe ser nuestra experiencia de todos los
días. Debemos formar caracteres libres de pecado, caracteres hechos
justos en la gracia de Cristo y por ella... Nuestros corazones deben
[
The Review and Herald, 31 de mayo de 1906
.
]
686