Página 290 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El secreto del éxito
El éxito del sanatorio depende de que mantenga la sencillez de
la santidad y que descarte las locuras del mundo en el comer, beber,
vestir y en los entretenimientos. Todos sus principios deben tender a
la reforma. Que no se invente nada para satisfacer las necesidades del
alma que usurpe el lugar y el tiempo exigido por Cristo y su servicio,
porque esto destruirá el poder de la institución como instrumento
de Dios para convertir a las pobres almas afligidas por el pecado,
quienes, ignorando la senda de la vida y la paz, han buscado la
felicidad en el orgullo y en la vana necedad.
“Apoyando un propósito fiel” debiera ser la posición de todos
los que se relacionan con el sanatorio. Aunque nadie debiera pre-
sentar con insistencia nuestra fe a los pacientes ni dedicarse a las
discusiones religiosas con ellos, nuestras revistas y publicaciones,
cuidadosamente elegidas, debieran estar a la vista casi en todas par-
tes. Debe predominar el elemento religioso. Este ha sido y siempre
será el poder de esa institución. Que nuestro sanatorio no sea per-
vertido por el servicio de la mundanalidad y la moda. En nuestro
país hay un número suficiente de instituciones de la salud que se
parecen más a un hotel que a un lugar donde los enfermos y los
dolientes pueden obtener alivio para las enfermedades del cuerpo,
y donde el alma afligida por el pecado puede encontrar esa paz y
reposo en Jesús que no se encuentra en ninguna otra parte. Que los
principios religiosos reciban un lugar prominente y se mantengan
allí; descártense el orgullo y la popularidad; en todas partes deben
verse la sencillez y la sinceridad, la bondad y la fidelidad; entonces
el sanatorio será lo que Dios se proponía que fuera; entonces el
Señor lo favorecerá.—
Testimonies for the Church 4:586-587 (1881)
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